El sindicato de futbolistas profesionales de Francia (UNFP) sigue adentrándose en el culebrón Mbappé y no duda en mostrar su postura a medida que se van sucediendo los acontecimientos. El pasado viernes, el Paris Saint-Germain le dejaba fuera de la convocatoria para la gira asiática de pretemporada y, un día después, amenazaba con relegarle durante un año entero a la grada de no renovar más allá de 2024.
Es por ello que, a priori, la única opción de Kylian para volver a vestir la elástica parisina pasa por renovar. Esto es algo que no ha gustado nada a la organización de jugadores franceses que, una vez más, y encabezada por su presidente, Phillipe Piat, se ha quejado sobre un posible hastío del francés en el Parque de los Príncipes, lo que califican de «acoso laboral».
«Hay que obligar al club a que el futbolista juegue con normalidad, de lo contrario sería considerado como acoso. Sería ilegal en términos laborales», denunciaba el sindicato en un comunicado, tachando de ilegal una práctica que la entidad presidida por Nasser Al-Khelaifi ya empleó en otras ocasiones con jugadores como Rabiot.
Además, amenazó con tomar ciertas medidas en el caso de que Mbappé no se mueva finalmente del PSG y se quede sin cumplir con la ‘obligación’ de renovar. «Después del 1 de septiembre, las cosas tienen que volver a la normalidad, de lo contrario, se abrirán procedimientos. No pueden hacer lo que quieren.», proseguía el sindicato.
«Se implementarán sanciones si un jugador es baja por motivos no deportivos», concluía un nuevo comunicado que tenía incluso más dureza que el anterior. El PSG ya fue acusado de «acoso moral» al obligar a Mbappé a entrenar junto al resto de descartes en Poissy, mientras que el resto de la plantilla ya entrena a las órdenes de Luis Enrique en Japón, donde disputarán los primeros amistosos.