Liga EA Sports: Sevilla-Real Madrid

Mbappé tiene una Bota de Oro

Un zapatazo de Mbappé abrió el camino del triunfo al Real Madrid ante un Sevilla que jugó medio tiempo con nueve

El francés se consolida como Pichichi de la Liga y está a un sólo tanto de ganar la Bota de Oro

Mbappé acaricia su primera Bota de Oro en el año de su debut en el Real Madrid

La bota de Mbappé es de oro. De la suya salió el zapatazo que abrió el camino de la victoria al Real Madrid ante un Sevilla que jugó 75 minutos con diez y medio tiempo con nueve. Bellingham abrocharía el definitivo 0-2. Dominaron los blancos casi sin querer, pero todo su peligro residía en los pies de Kylian. Sin nada en juego Mbappé logró un tanto que le lleva a acariciar la primera Bota de Oro de su carrera. Si marca ante la Real Sociedad se llevará el trofeo al mejor goleador de Europa, premio de consolación a su primera temporada en el Real Madrid, que no ha sido la que él soñaba.

Llegaba el Real Madrid a Sevilla en servicios mínimos. Otra vez, sí. Ancelotti volvía a tener el personal justo de guardia como un hospital en fin de semana. Baste decir que Vallejo era titular para saber lo precario del once madridista. Sin nada en juego y con la plantilla en obras, los blancos despedían esta triste Liga a domicilio en un estadio hostil como el Pizjuán pero ante un Sevilla más pendiente de su propia guerra civil que del enemigo a las puertas, quizá porque el enemigo lo tiene en casa por lo de la cuña de la misma madera, ya saben.

Venga, no divago más. El Real Madrid se presentaba en Sevilla sin silla que perder con Lunin de portero, quién sabe si en una de sus últimas titularidades de blanco. La defensa era para Fede Valverde, Vallejo (Jesús), Jacobo Ramón (el goleador inesperado) y Fran García. El doble pivote para Tchouaméni y Modric. Por delante, a la derecha Güler, en el medio Bellingham y en la izquierda Mbappé para escoltar a Endrick, que repetía titularidad ante las bajas de sus compatriotas Vinicius y Rodrygo.

Después de que a Tebas, o a cualquiera de sus iluminaos, se les ocurriera pasar el Sevilla-Real Madrid al lunes, al domingo a las cinco y al domingo a las nueve, echó a rodar la pelota a eso de las siete, que es a la hora a la que estaba prevista junto al resto de partidos. Apretaron arriba los de Caparrós y trataron de adueñarse de la pelota los de Ancelotti con un rondo perpetuo. A los cuatro minutos Bellingham protagonizó el primer tiro a puerta del partido con una volea que se marchó alta.

Partido sin dueño

Se reconstruyó el Sevilla, que firmó un par de posesiones largas que le acercaron al área de Lunin. Suso en el 8 tuvo un disparo desde la frontal que acabó también en la grada. En los minutos iniciales el partido no tenía dueño ni ritmo. Pero una jugada lo cambió todo. Corría el minuto 11 de partido y Badé agarró alevosamente a Mbappé cuando el francés enfilaba el camino a la portería sevillista tras un pase al espacio de Bellingham. No lo dudo Busquets Ferrer y le mostró una roja directa e inmediata. El VAR lo revisó, se tomó su tiempo, analizó que no había fuera de juego y ratificó la decisión del colegiado.

Pues nada, el Sevilla se quedaba con diez antes del cuarto de hora, escenario pintiparado para que Mbappé intentara asaltar la Bota de Oro. Se puso manos a la obra el Real Madrid sin demasiada prisa. Replegaron en torno al área los de Caparrós para tratar de protegerse. Los de Ancelotti buscaban a Kylian, que se movía cómodo y venenoso desde la izquierda. Justo en el 20 desperdició una ocasión Endrick, que llegó muy forzado a rematar en el área pequeña. Su disparo blandito lo desvió bien colocado Nyland.

El partido no valía un pimiento. Era intragable como un bocata de tornillos. Lento pasaba el tiempo porque apenas acabábamos de superar la primera media hora. Eso era lo bueno, lo malo es que nos quedaba una hora de tostón por delante. Kike Salas desvió a córner un remate de Fede Valverde desde la frontal en el 35. Poquito a poco y muy despacito iba el Real Madrid estrechando el cerco sobre el área de Nyland.

Mbappé, invisible para sus compañeros, comenzaba a desesperarse. La tendría, y muy clara, en el 42, pero controló mal, le encimó Gudelj y la echó fuera en el mano a mano con Nyland. Se le fue por un puñado de centímetros pero se le fue. Era su primera ocasión de asaltar la Bota de Oro y le salió cruz. Dos minutos después el palo evitó un gol de Fran García en un centro-chut que se envenenó tras tocar en Angoumé.

Perdonan Mbappé y el Sevilla

En los minutos de prolongación Jacobo Ramón, verde como el espárrago que parece, hizo de las suyas y regaló una pelota de gol a García Pascual por estar despistado y blandito con la pelota. Por suerte para el Real Madrid el delantero del Sevilla mandó su remate a la red pero por fuera. Con esa ocasión nos fuimos al descanso. Del que volvimos con una entrada criminal de Romero a Tchouaméni. El chico, que había salido en el descanso, perdió la cabeza y pegó una coz impropia al mediocentro del Real Madrid. Lo juzgó Busquets Ferrer como amarilla pero le avisaron desde el VAR porque la entrada era una roja como La Maestranza. Corrigió su decisión el árbitro y el Sevilla se quedó con nueve.

El Real Madrid ya no tenía excusa para irse a por el partido. Pero el Sevilla no iba a rendirse. Lo intentó con algún centro a la olla por si sonaba la flauta e incluso llegó a reclamar un penalti que no era por una mala salida de Lunin que le pegó al aire. Modric y Fede Valverde avisaron con dos acciones de peligro que se fueron al limbo. También Mbappé en el 55 tuvo una ocasión tras una acción individual que abortó Kike Salas con malas formas. Se revolvió Kylian y la cosa no pasó a mayores.

Reaccionó Ancelotti con un cambio: Víctor Muñoz, el canterano que tuvo la ocasión postrera en el Clásico, por un desdibujado Endrick. Siguió apretando el Real Madrid ante un Sevilla que ya era un gato panza arriba en torno a su portero. Entró también el canterano Gonzalo García por Vallejo. Tchouaméni pasaba a ser central porque el Madrid ya iba con todo para intentar ganar un partido que se le estaba atascando demasiado.

En el 70 Mbappé recibió un pase de Modric dentro del área, sentó a su par pero su disparo se estrelló contra el travesaño de Nyland. Otra que se le escapaba al francés. Pero a la tercera por fin fue la vencida para Mbappé y para el Madrid. El francés recibió una pelota cerca de la media luna del área, miró a la portería, armó la diestra y la cruzó a la derecha de Nyland. Un gol merecido por su insistencia y por el abrumador dominio del equipo de Ancelotti contra nueve.

Más cambios de Carletto: Ceballos por Fran García y Lucas Vázquez por Güler. El Real Madrid, lejos de irse a por la goleada, se puso a dormir el partido. El Sevilla se replegó porque, a las malas, firmaba el 1-0. En el 86, casi por aplastamiento cayó el segundo. Lo marcó Bellingham en boca de gol después de una jugada cocinada entre canteranos: centró al segundo palo Víctor y cabeceó Gonzalo. Con ese gol se abrocharía el definitivo 0-2 del Real Madrid ante el Sevilla en un partido del que nos habremos olvidado en diez minutos. O menos.

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