Sergio Ramos fue uno de los grandes protagonistas del encuentro que midió al Alavés y al Real Madrid en Mendizorroza. El capitán del equipo merengue dio una de cal y una de arena, en una versión que ya ha mostrado en más de una ocasión y que deja dudas de que sea la mejor de las noticias para el Madrid. Ramos abrió el marcador con un cabezazo inapelable en el 51, pero minutos después cometía un penalti claro y absurdo sobre Joselu que supuso el empate de Lucas Pérez.
La jugada del penalti no deja en buen lugar a Ramos. Peleado desde minutos atrás con Joselu, el ‘4’ madridista cedió en un duelo aéreo con el delantero, que permitió una jugada de ataque claro para el Alavés. Sergio, que incluso acabó en el suelo en la mencionada acción, continuó hasta recuperar su posición y ayudar así dentro del área a sus compañeros.
El ímpetu del capitán le jugó una mala pasada, pues para ganar la posición golpeó con el brazo en el rostro de Joselu, cometiendo una infracción clara que Cuadra Fernández no tardó en señalar como penalti. El VAR revisó la acción, para confirmar la pena máxima y la tarjeta amarilla para Ramos, que fue héroe y villano madridista en escasos minutos.
