El nombre de Eduardo Camavinga es uno de los que están subrayados en rojo en las agendas de la dirección deportiva del Real Madrid. El joven centrocampista del Rennes es uno de los elegidos para reforzar la medular y también cuenta con el OK de Zidane, por lo que desde el club ya se trabaja en la mejor manera de afrontar una operación que ha cambiado debido a la crisis del coronavirus.
El parón obligado del fútbol mundial ha trastocado la economía de todos los clubes. Los ingresos se han reducido de manera notoria y eso a la hora de cuadrar presupuestos puede pasar factura. Además, eso hará a las entidades más débiles financieramente y tendrá repercusión a la hora de acudir al mercado en busca de fichajes. Y el caso de Camavinga no será diferente. Si antes de la pandemia el Rennes le tasaba en 100 millones, esa cifra se ha derrumbado y ya son conscientes que ningún club aceptará pagar esa cantidad.
Al Real Madrid, como a la Juventus y al United, le interesa el jugador, pero no a cualquier precio. Es por ello, que desde la cúpula del club se manejan diferentes escenarios para afrontar el fichaje de un jugador que estaría como loco por vestir la camiseta blanca. La primera, y quizá la más factible a día de hoy, es la de cerrar la operación este mismo verano.
El Real Madrid será uno de los clubes que saldrán menos perjudicados económicamente de la crisis y podrían aprovecharlo para concretar la operación y asegurarse así un jugador llamado a marcar diferencias en la próxima década. Camavinga finaliza contrato en el 2022 y desde el Rennes ya han dejado claro que les gustaría contar con él para la próxima temporada en la que jugarán la Champions League.
Fichaje… ¿y cesión?
Es por ello que otra alternativa que podría manejarse para asegurar un ‘trato de favor’ del club francés es la de cerrar el fichaje ya, pero dejar cedido al futbolista una temporada en Roazhon Park. De esta forma el Real Madrid culmina con éxito la operación a la espera de hacer la limpia que necesita en el centro del campo dando salida a jugadores como Modric.
Otra opción es la de esperar un año. Si el Real Madrid es paciente, aguanta al verano de 2021 y Camavinga no renueva, el Rennes no tendrá más remedio que venderle si quiere conseguir dinero antes de dejarle marchar libre tras la finalización de su contrato cuando el jugador apenas seguirá teniendo 19 años.
No hay prisa
El Real Madrid aún no ha dado un paso al frente y no ha comenzado las conversaciones con el Rennes. Los blancos, que no tienen prisa, prefieren esperar a ver como evoluciona la operación salida y como se empieza a mover este mercado tan atípico de fichajes. Mientras, por la vía del entorno del futbolista ya tienen el «sí», aunque públicamente haya emplazado su futuro «al final de la temporada”, que en Francia ya ha acabado.
Nacido en 2002, en el Madrid destacan la madurez del jugador como contrapeso a una edad que a priori le prohibiría aportar en el primer equipo. Su personalidad y una capacidad de trabajo sobresaliente le permitieron hacerse un hueco en el Rennes y comandar al club francés a una brillante clasificación para la Champions League. Las apuestas por la juventud salieron en positivo en el caso de Vinicius y Rodrygo y Camavinga invita a volver a aventurarse por este tipo de jugadores.
El precio de salida del futbolista de origen angoleño está por especificar debido a las particularidades de la situación por el coronavirus, pero con casi total seguridad sería inferior al de los Pogba, Fabián o Van de Beek en la carrera por convertirse en el nuevo socio del centro del campo del Madrid.
