En el vestuario del Real Madrid no se ven como favoritos. Nadie dentro del club blanco da la final de la Champions del próximo sábado 1 de junio en Wembley por ganada. Es una final, y cualquier pequeño detalle la puede definir. Hay que pelear y luchar al 100% para conquistar el trofeo más exigente de nuestro continente. La concentración será máxima de cara a competir la sexta final en los últimos diez años, para así poder traer para Madrid la Decimoquinta.
La posible euforia que tiene una parte del madridismo y el favoritismo absoluto que le dan a los blancos desde el antimadridismo no es lo que se transmite en el vestuario del Real Madrid. De puertas para fuera, mucha gente da la final por ganada. De puertas para dentro, todo lo contrario. Es una final y hay que pelearla. Será muy complicada, ya que el Borussia Dortmund es un equipo que le pondrá las cosas muy complicadas al cuadro madridista. En la plantilla de Carlo Ancelotti son plenamente conscientes de ello.
Por lo tanto, el Real Madrid rebaja la euforia y se sacude el favoritismo. Con el tema Lunin, que no viaja a Londres con el resto del grupo por precaución, ya que tiene Gripe B y su virus es contagioso, se ha visto claramente reflejado el sentimiento del club. Toda precaución es poca. Los blancos necesitarán a todos sus efectivos al 200% para ganar la final. Habrá que hacer las cosas muy bien sobre el campo para vencer a un complicado Dortmund.
El Borussia Dortmund está en la final de la Champions por algo. Ningún finalista es rival pequeño. Los alemanes se cargaron en cuartos de final al Atlético de Madrid, único rival al que el Real Madrid no ha podido ganar esta temporada en 90 minutos, y eso que se ha medido a ellos en Liga (dos partidos), Copa del Rey y Supercopa de España. Un dato que deja claro que la final ante el Dortmund va a ser muy complicada, como todas.
Los alemanes en semifinales también se cargaron al PSG y no encajaron ningún gol en los dos partidos. Secaron a jugadores de la talla de Kylian Mbappé, Dembélé, Barcolá, Achraf y compañía. Poca broma. El Borussia Dortmund ha demostrado ser un equipo muy competitivo y en Wembley pondrá las cosas muy difíciles.
El vestuario del Madrid no se ve favorito
En el Real Madrid son plenamente conscientes del rival que tendrán enfrente y de lo complicado que es ganar una final. Y eso es lo importante. La euforia y el favoritismo solamente existen en el exterior. En el vestuario madridista únicamente existe plena concentración de saber que el equipo tiene que hacer un partido perfecto para ganar, saliendo a ganar desde el primer minuto, sin especular y respetando al rival desde la previa, tal y como está haciendo el club blanco.
En el Open Media Day de la UEFA celebrado el pasado lunes en Valdebebas ya se respiró este sentimiento desde el interior del vestuario en el primer momento. El primero en dejarlo claro fue Carlo Ancelotti en la rueda de prensa: «No pensamos en ser favoritos. Pensamos en jugar contra un rival que ha merecido llegar a este final, como nosotros. El Dortmund ha mostrado calidad, compromiso y una gran actitud. Hay que sufrir, pelear y luchar, como en todas las finales».
«Nosotros tenemos muy claro quién es el Borussia Dortmund. Tiene mucha experiencia y eso cuenta. Han llegado los dos mejores equipos para jugar la final. Nosotros todavía no estamos de vacaciones, otros muchos sí y lo verán por la televisión», comentó sobre la final y el ambiente que se respira», comentaba el entrenador del Real Madrid.
Posteriormente, varios jugadores del Real Madrid salieron a zona mixta y todos transmitieron el mismo mensaje. El primero fue Antonio Rüdiger: «Lo de los favoritos es algo que decís vosotros. Es una final y no hay que subestimar al oponente».
Luego le siguió Dani Carvajal: «Nosotros no nos consideremos favoritos. Ese es nuestro punto de inflexión. Está al 50-50. Tenemos que hacer las cosas muy bien para ganar. Hay que estudiar a los rivales a los que nos enfrentamos y también contrarrestar todo su potencial ofensivo».
Joselu y Camavinga también lo dejaron claro. «Cuando meten el bloque bajo es un equipo al que es muy difícil meterles manos. Son un equipo rápido al contragolpe, con un delantero que fija a los centrales… un equipo muy sólido y muy armado y hay que tener cuidado con ellos», analizó sobre el rival en la final, el Borussia Dortmund, que se cargó al PSG en semifinales.
«Me gusta la presión y estoy relajado. Lo voy a hacer como siempre. Va a ser un partido complicado porque el Dortmund es un equipo fuerte y tiene mucha historia. Tenemos que jugar como siempre, con sacrificio, para que todo salga bien», culminó Eduardo Camavinga.