Tras sentar cátedra durante cinco temporadas en Champions League y después de varios años de tedio en Liga Santander, el Real Madrid se ha fijado como objetivo principal esta temporada ganar el campeonato doméstico. Y las primeras trece jornadas hacen presagiar algo bueno: llegados al parón de selecciones, el conjunto blanco es colíder junto al Barcelona y en los últimos partidos ha cambiado la cara. Ahora se han espantado las dudas y se respira ilusión. Pero con calma.
Porque Zidane nunca ha ocultado que la Liga es su principal objetivo. Desde que se sentó en el banquillo blanco, destacó que hacer un buen papel en el campeonato que prima la regularidad debe ser primordial en una temporada, y en su segunda etapa en el banquillo blanco se sigue moviendo por las leyes de esta lógica. Competir la Liga hasta el final es una obligación y, aunque la historia madridista no lo corrobore, una buena actuación liguera y la moral que genera, puede desembocar en una Champions de más.
En el Real Madrid tienen claro cuál es el objetivo y la buena actuación mostrada en Eibar ha llenado de moral a un equipo que había dejado dudas en París o Mallorca. En el vestuario tienen claro que «Eibar es el camino a seguir». Y es que en Ipurúa se vio, probablemente, al mejor Madrid desde que Zidane asumió el banquillo después de haber renunciado tras la final de Kiev. Esta buena imagen, y la de Galatasaray en Champions, se ha demostrado que el equipo puede competir a un alto nivel sin fisuras y ello, unida a grandes apariciones como Rodrygo o Valverde, alimentan la ilusión del madridismo.
Además, aunque los dígitos no sean brillantes, los resultados no son malos. En Champions tiene a mano la clasificación después de un mal comienzo y en Liga Santander, donde sólo ha perdido un partido, acompaña al Barcelona en el liderato después de visitar plazas complicadas como Vigo, Sevilla o el Metropolitano. Ahora el siguiente objetivo es poder cuajar un gran papel en el Camp Nou para irse a las vacaciones de Navidad con la sensación de que la buena imagen mostrada en las buenas sensaciones mostradas en los últimos días no son flor de un día.
«Esto es muy largo»
Pese al estado de optimismo, en el Real Madrid mantienen la calma y hay cuatro palabras que resuenan en el vestuario blanco después de cada resultado positivo: «Esto es muy largo». Esto lo tienen claro tanto los jugadores, como cuerpo técnico y la cúpula del club. Todos son sabedores de que la Liga se decide en los dos últimos meses de competición y que las confianzas no son buenas consejeras. En el club son conscientes de que aún no hay nada hecho y que este buen arranque debe servir para subir el ánimo de cara a lo que viene. En Valdebebas son conscientes de que este es el camino a seguir, pero con cautela.
