Zapatazos de líder
Dos golazos desde fuera del área de Militao y Mbappé dan la victoria al Real Madrid ante un Espanyol ordenado
El equipo de Xabi Alonso sigue líder después de un pleno de victorias en las cinco primeras jornadas de Liga
Mbappé suma y sigue
Bastaron dos zapatazos de Militao primero y Mbappé después para que el Real Madrid derribara el muro del Espanyol y lograra su quinta victoria consecutiva en la Liga. Los de Xabi Alonso dominaron el partido de principio a fin aunque el equipo perico, bien ordenado atrás, no concedió facilidades. El equipo madridista levantó el pie en el segundo tiempo y aun así pudo acabar goleando. Reaparecieron Camavinga y Bellingham en las postrimerías del partido.
Adiós Champions y hola Liga (mugrienta). Otra hola del calendario a descontar camino del otoño y al Real Madrid le tocada afrontar en el Bernabéu la visita del sorprendente Espanyol, equipo hermano en el sufrimiento del Negreirato, que llegaba tercero, invicto y con los mismos puntos que el Barcelona. Cosa seria. Xabi Alonso, que siempre cumple su palabra igual que un Lannister siempre paga sus deudas, volvió a rotar. Esta vez salieron del once Rodrygo y Güler para dejar su camiseta a Vinicius y el canterano Gonzalo, que estrenaba titularidad liguera.
Doy por sentado y por sabido que faltaba Huijsen por la cacicada federativa en cadena. De Gil Manzano a Competición, de Competición a Apelación y de Apelación al TAD, todos prefirieron sostenella y no enmendalla para mantener la sanción por una roja injusta. No me permite el Código Penal expresar mi opinión en torno al asunto. El caso es que Xabi recompuso su defensa con Asencio en su lugar y le quedó una alineación del Real Madrid (posiblemente en un 4-4-2) que decía así: Courtois; Carvajal, Asencio, Militao, Carreras; Mastantuono, Tchouaméni, Valverde, Vinicius; Gonzalo y Mbappé.
Arrancó el duelo en plena hora de la siesta y pronto comprobamos cuál era el plan de Xabi. Una suerte de 4-2-3-1 con Tchouaméni y Valverde en el doble pivote. Por delante, Mastantuono y Vinicius en las bandas con Mbappé en la mediapunta y Gonzalo como nueve. El Espanyol salió sin complejos como Ábalos en una whiskería. Respondió Mbappé con una jugada en la que fue sentando pericos como si fueran conos.
El juego del equipo de Xabi Alonso buscaba a Kylian en cada ataque. Y el francés respondía con frescura y veneno. Replegó el Espanyol para no dejar espacios al temible Mbappé. Al Real Madrid le costaba encontrar el hilo del juego, quizá porque tenía más balas que pistolas, más clavos que martillos, o sea, más finalizadores que creadores de juego. El Espanyol, bien plantado y con descaro, penalizaba las jugadas inacabadas del equipo de Xabi.
Un Espanyol bien plantado
Militao tuvo que emplearse a fondo en el área pequeña para abortar una ocasión de gol de Roberto Fernández. El brasileño, que está completando el mejor mes de su vida, desatascó el partido con un soberbio golazo desde 35 metros al que respondió tarde y flojito el viejo Dimitrovic. Sonreía Militao, al que el Real Madrid ha echado tanto de menos las dos últimas temporadas.
El gol no cambió demasiado el escenario del partido. Siguió replegado el Espanyol y dominando el Real Madrid, amo y señor de la pelota. Mbappé seguía desatado y jugando por todo el frente de ataque. Mastantuono volvía a enseñar cositas a un Bernabéu entregado. El equipo seguía presionando como si no hubiera un mañana y el madridismo lo agradecía.
Tchouaméni vio una amarilla en el 36 por derribar a Expósito y frenar una contra. En las postrimerías de la primera parte rondó el Espanyol el empate en una falta lateral que botó con tiralíneas Expósito y no alcanzó a puntear en el área pequeña Calero por media uña. Respondió Vinicius con su primera galopada del partido. Sentó por velocidad a Calero y asistió a Mbappé para que hiciera el 2-0, pero un bote criminal delante del francés provocó que no impactara bien y la echara fuera.
Mbappé nunca falla
De ahí nos fuimos al descanso. Y volvimos con Mbappé tomándose la revancha antes de los dos minutos de juego. Kylian recibió un pase en corto de Vinicius, controló, se perfiló, dio un toquecito, armó la diestra y batió al viejo Dimitrovic con un disparo que hizo una suerte de folha seca. El Real Madrid ponía tierra de por medio cuando había aún gente con la bragueta abierta.
Se desató entonces el equipo de Xabi, que pudo lograr el tercero en un pase de vaselina de Mastantuono a Mbappé, que finalizó con otra. Su disparo se fue alto por muy poco. Xabi Alonso llamó a Güler para amarrar en corto el partido. Entró por Gonzalo, que había completado una hora irrelevante. El Real Madrid regresaba al 4-3-3 y Mbappé volvía al puesto de delantero centro.
Ya a campo abierto perdonaron entre Mbappé y Vinicius el tercero. El francés se topó en sendas ocasiones con Dimitrovic en el mano a mano, mientras que Vini estrelló contra el palo el rechace. El Espanyol se había venido abajo a pesar de que su entrenador había hecho tres cambios de golpe. Vinicius también se topó con Dimitrovic en el 70. Se lamentaba el brasileño de que el gol volviera a hacerle la cobra.
Entraron entonces Brahim y Rodrygo por Mastantuono y Vinicius, que no acaba un partido ni a tiros. El partido se había puesto soso. El Espanyol no podía y el Real Madrid no quería. En los minutos finales reaparecieron Camavinga y Bellingham, recibidos con la ovación del Bernabéu. Una gran noticia para un Xabi Alonso que empieza a recuperar efectivos justo cuando la carretera de la Liga comienza a empinarse.