«Me preocuparía que los jugadores pensaran que somos favoritos», decía Carlo Ancelotti minutos antes de salir a entrenar en el estadio Príncipe Faisal de Riad. El técnico no quiere ningún tipo de confianza ante un rival, el Barça, bastante herido en los últimos tiempos por culpa de los resultados.
Pese a esa advertencia, los jugadores blancos exhibieron una imagen de tranquilidad en los minutos que la prensa pudo observarles en el campo. Antonio Pintus, sin embargo, los reunió a todos y puso orden haciéndoles correr al otro lado del campo para allí ejecutar diversos ejercicios de activación, sprint y fintas.
El preparador físico del Madrid le puso las pilas a sus chicos, quienes no perdieron la sonrisa ni las bromas en ningún momento. Luego hubo tiempo para que los 24 jugadores blancos sobre el césped se dividiesen en dos grupos para disputar un rondo. La sesión se terminó, de cara a los periodistas, con un partidillo donde Ancelotti no dio pistas mezclando a titulares con suplentes.
En el encuentro se jugó a mantener la posesión durante 40 toques mientras el equipo rival presionaba y presionaba en busca del robo express. El Real Madrid preparó sus dos grandes planes de juego antes de medirse al Barça. Ancelotti podría optar por esperar a los chicos de Xavi y esperarles a la contra o, por el contrario, podría buscar posesiones largas en busca de la desesperación del rival. Sea como fuere, el equipo blanco ensayó ambas situaciones en un ambiente agradable en Arabia Saudí.
