El Real Madrid tiene esta Liga confinada. Sólo él puede decidir cuándo levanta el estado de alarma y permite a sus aficionados que se asomen a Cibeles siquiera sea virtualmente. Ganó con solvencia, que no comodidad, a un Alavés organizado y peleón. Benzema de penalti abrió el camino del triunfo y lo selló Marco Asensio con un gol anulado en primera instancia y que corrigió el VAR.
Cuatro capítulos le quedaban a la miniserie por la Liga después del Covid. Parece que fue ayer cuando el Real Madrid regresaba a la competición a rebufo del Barcelona después del traspiés del Villamarín y ahora tiene el título en sus manos. Alavés, Granada, Villarreal y Leganés eran los últimos escollos que separaban al equipo de Zidane de un campeonato que pasará a la historia no por su fútbol sino por el virus que paró el mundo.
Precisamente Zidane afrontaba el duelo ante el Alavés con un Real Madrid bajo en defensas. Las ausencias de los sancionados Carvajal y Sergio Ramos, unidas a las de los lesionados Nacho y Marcelo, dejaban a Zizou con los zagueros contados. Lucas Vázquez tuvo que ejercer de lateral derecho, Militao y Varane formar una extraña pareja de centrales y Mendy ocupar el carril siniestro. Casemiro, Kroos y Modric eran el centro del campo de toda la vida de Zidane y arriba repetían los de San Mamés: Asensio, Rodrygo y Benzema.
El Real Madrid salió dispuesto a pasaportar al Alavés por la vía rápida. Un buen centro de Mendy por la izquierda generó cierta confusión en el área del conjunto babazorro, precioso gentilicio. Pero no se arrugaron los de Muñiz, que respondieron con un cabezazo de Joselu que repelió el larguero de Courtois después de un buen centro de Edgar.
Sin embargo, el Real Madrid siguió cargando por la izquierda como el Gobierno de Pedro Sánchez. Y por ahí encontraron los de Zidane el camino de penalti a Mendy. Lo hizo Ximo Navarro y no hizo falta ni VAR. Atropelló al lateral francés. Como Sergio Ramos estaba en la grada, la pena máxima la ejecutó Benzema, más frío que una jarra helada de cerveza.
Un penalti de regalo
El gol, más que tranquilizar al Real Madrid, penalizó a un Alavés que vio cómo se llevaba un sopapo cuando empezaba a a cortejar a a reina del baile. No daba con la tecla del fútbol el Real Madrid y los de Muñiz se cosieron rápido las heridas del 1-0 y volvieron a buscar la portería de Courtois. Llegamos a la pausa de hidratación sin que los de Zidane hubiera tenido más ocasión que el penalti.
Mientras el Alavés percutía por el flanco derecho, el lado débil del Real Madrid, defendido a duras penas por el dueto Lucas Vázquez-Militao, que cantaban más que Sergio y Estíbaliz. Pasaron los minutos y se confinaron las áreas. El partido era intenso pero aburrido. Ni córners, ni jugadas de peligro ni nada. Menos mal que Gil Manzano señaló el descanso y, con él, el camino de los jugadores al vestuario y el de quien esto escribe a la nevera.
De la que volví, saciada la sed, casi con la hora pegada para que se reanudara el partido. El que no pudo volver del vestuario fue Gil Manzano, que se lesionó el tobillo en un encontronazo en la primera parte. El Alavés siguió plantando cara a un Real Madrid que seguía tonteando con el partido.
En el 49 haría el 2-0 el Real Madrid. Lo marcó Asensio después de un buen desmarque de ruptura de Benzema. El joven colegiado suplente lo anuló a instancias del asistente, pero el VAR corrigió la decisión porque Laguardia habilitaba a Benzema en su salida.
2-0 y se agiganta Courtois
Luego fue el turno para que Courtois se agigantara en dos manos a mano a los que respondió con sendos paradones. Su temporada en Liga está siendo pluscuamperfecta hasta convertirse en parte de la columna vertebral del Real Madrid que ya acaricia el título.
A Zidane le sonó el móvil e hizo sus dos primeros cambios. Fede Valverde por Modric y Vinicius por Asensio. El partido estaba más que encarrilado para un Real Madrid que sólo necesitaba que pasaran los minutos. Rodrygo tuvo en sus botas el 3-0 pero lo evitó Roberto con una buena mano.
Eran ya los minutos de la basura, que transcurrieron sin noticias reseñables. El Real Madrid, con oficio y concentración, cerró una victoria plácida ante un Alavés que aguantó bien una hora. Los blancos están a un paso de una Liga que ya tienen encargada. Confinada, quiero decir.