Punto de inflexión. Así se puede explicar lo que vivió Hazard en Celtic Park. No se había cumplido el minuto 30 de partido cuando Karim Benzema empezaba a emitir señales de que algo no estaba bien en su rodilla derecha. Le dolía al francés y Ancelotti decidía mandar a calentar al belga y a Rodrygo. Finalmente, y tras confirmar que no podía seguir, el capitán madridista pedía el cambio y Carletto se decantaba por Eden. Casi sin esperarlo, iba a jugar en el debut del equipo en Champions. Hasta este momento sólo había disputado 39 minutos en lo que va de temporada repartidos entre Almería y Vigo.
Hazard saltó al campo y le costó sentirse cómodo. Algo normal por otra parte. En los primeros minutos sobre el verde no era capaz de encontrarse a gusto. No terminaba de combinar con sus compañeros y cuando alguno le veía, como sucedió con Carvajal en los minutos finales del primer acto, erraba una de las oportunidades más claras de las que habían gozado los blancos hasta ese momento.
Todo cambió en la segunda mitad. El paso por el vestuario centró a Hazard, que de repente comenzó a sentirse bien. A ser, por primera vez tras mucho tiempo, protagonista. Comenzó a bajar al medio para recibir balones, combinó con Valverde en el gol de Vinicius, asistió a Modric en el segundo tanto madridista tras una buena acción personal y puso la guinda a su encuentro aprovechando, esta vez sí, un pase de Carvajal para hacer el tercero. Su quinta diana como madridista.
El gol de Hazard se celebró con alegría en el banquillo madridista. Sus compañeros, el cuerpo técnico y el club desean casi tanto como el belga que empiece a ser un jugador importante. Ahora, llega el momento de que Eden empiece a recoger los frutos tras tanto trabajo y sufrimiento.
Hazard trabajó durante el verano para llegar a tope a la pretemporada. En la gira Ancelotti y su cuerpo técnico le cuidaron, pero en cada entrenamiento demostró sus ganas y su ilusión por regresar a su mejor versión. Desde que se operó el pasado mes de marzo para retirarse la placa de osteosíntesis en su peroné derecho, ha recuperado las sensaciones perdidas. Ya, por fin, se siente bien, como hacía tiempo que no se encontraba. Ya no hay dolor, no hay molestias. Ahora lo único que le toca es encontrar el ritmo perdido en los últimos años.
Hazard se quedó en el Real Madrid porque está convencido de que este puede ser su año. Nadie dijo que fuera a ser fácil, pero el belga está peleando para poco a poco ir ganando en importancia dentro del equipo. Ancelotti tiene claro que Eden será una pieza importante y le ve como el sustituto de Benzema, aunque el italiano sabe que le puede utilizar en todas las posiciones del ataque. Lo que está claro, es que todos esperan que lo vivido en Celtic Park haya sido el punto de inflexión que podría cambiar su carrera en el club blanco.