La carambola, el milagro, estuvo muy cerca durante muchos minutos de la noche. Durante algún tramo de la vorágine que fue la última jornada de la fase de liga de la Champions, donde la UEFA decidió con acierto que se disputasen a la vez 18 partidos, los blancos llegaron a estar a muy pocos goles de colarse entre los ocho primeros, pero finalmente la lógica se abrió paso para meter a los de Ancelotti en el playoff de la máxima competición continental.
El Real Madrid se puede medir al Celtic, lo que sería a priori una buena noticia, o al Manchester City, lo que sería, sin duda, una visita al dentista. Ancelotti lo ha dejado claro tras el encuentro: «En teoría, el City tiene más opciones de ganar la Champions que el Celtic. No nos gusta jugar contra el City, pero si nos toca, jugaremos contra ellos como en los últimos años», aseguró el italiano, mientras lamentaba no haberse despertado antes en la Champions.
Porque es inevitable que el Real Madrid se acuerde de sus pecados en esta primera fase de liga de la historia. Pecados que ahora mismo no han costado nada a los madridistas, pero que en caso de caer eliminados en el playoff serán recordados con amargura. Tres partidos en los que el campeón de Europa debería haber dado un nivel mucho más aceptable para haber sacado ese punto que le hubiese metido en octavos de final de manera directa. En concreto, hubiese sido sexto. Con una victoria, sería quinto, superando al Atlético de Madrid.
La noche pobre de Lille
El Real Madrid se puede acordar de aquella noche de Lille, donde cayó 1-0 en un partido muy pobre que activó la alarma entre la plantilla de Ancelotti. Y es que, los madridistas no estuvieron bien, especialmente Mbappé y Vinicius. Ese partido provocó las primeras broncas en el vestuario, donde Carvajal, entre otros, pidió a sus compañeros que debían dar más sobre el terreno de juego.
El batacazo contra el Milan
Luego llegó el Milan en el Santiago Bernabéu, en aquella semana trágica en la que los blancos perdieron en pocos días contra los italianos y fueron goleados por el Barcelona en casa. El Real Madrid sufrió un tropiezo tremendamente inesperado que, al final, ha pasado factura. Veremos si algo más.
La falta de goles contra el Salzburgo
Y en menor medida, ante el Salzburgo la semana pasada. El Real Madrid metió cinco en un partido en el que podrían haber hecho muchos más goles. Les faltó ambición, pero la realidad es que pocos podían pensar que el octavo puesto, en algún momento, iba a estar tan cerca de conseguirse. El gol encajado por los austriacos tampoco ayudó.