Hay días que es mejor no levantarse. El Real Madrid también tiene esos días, tal y como se pudo ver en Mestalla, donde todo lo malo que pudo suceder le sucedió. Y no se puede decir que el destino fuese traicionero, ya que les advirtió el sábado por la mañana, el día antes del partido, cuando el club entero se sobresaltaba al conocer los positivos por coronavirus de Hazard y Casemiro. Lo que mal empieza… ya se sabe.
Parecía que la cosa se enderezaba el sábado cuando se conocía que el resto de la burbuja madridista daba negativo, pero fue un espejismo. Ni siquiera el gol de Benzema que adelantaba al Real Madrid en Mestalla iba a mejorar lo que vino después, que fue todo malo. Una noche trágica, para olvidar, donde todas las desgracias que podían suceder les sucedieron a los de Zidane. Gil Manzano, el VAR, las manos… todo en su contra. Y sobre todo el fútbol, que eso también ha que destacarlo. Y es que otra vez el equipo estuvo lejos de su mejor nivel y varios jugadores volvieron a quedar señalados.
Uno de ellos fue Isco, que volvió a ser titular, como ante el Cádiz, y su actuación fue muy deficiente. Otro Asensio, al que Zidane le sigue dando confianza y él continúa sin demostrar su mejor versión. Marcelo, Vinicius, Varane, al que el rosa le sienta fatal, también forman parte de una noche negra. Una noche para olvidar. Y luego estuvieron las diferentes acciones que también marcaron el encuentro.
La primera, un claro penalti de Lucas Vázquez por mano que Gil Manzano pitó, Carlos Soler ejecutó y Courtois paró. Luego, en el rechazo, Musah terminó haciendo gol, pero el VAR, que sí estuvo acertado en esta ocasión, revisó la acción y se percató de que tanto el valencianista como Lucas entraron antes de tiempo al área. Por lo tanto, la pena máxima se tuvo que revisar y en esta ocasión Soler no falló para poner el empate a uno.
Los infortunios continuaron en el primer tiempo con una jugada llena de mala suerte y con un error del árbitro y del VAR clamoroso. Varane despejaba un balón que terminaba entrando en la portería de Courtois con un gol fantasma que de primeras no subía al marcador, pero que el videoarbitraje corrigió con acierto. Lo que no vio fue una falta previa en el robo de Cheryshev a Asensio que debió invalidar todo lo que vino después.
Dos penaltis más y una lesión
En el segundo acto, Gil Manzano pitó un penalti más que dudoso de Marcelo sobre Maxi que Soler no falló. Y cuando parecía que ya no podía pasar nada más, sin querer Sergio Ramos golpeaba con la mano un balón que desviaba y el VAR, otra vez, avisaba al árbitro para pitar penalti. El canterano del Valencia convertía la tercera pena máxima. Aunque todavía quedaba más.
Las lesiones también hicieron acto de presencia y Karim Benzema se retiró con claras muestras de dolor. Todo hace indicar que el galo sufre una lesión muscular que pone el punto final a una noche de pena máxima. Eso sí, tanto infortunio no debería tapar la vulnerabilidad de un Real Madrid que de vez en cuando demuestra que da para lo que da.