La segunda etapa de Gareth Bale en el Tottenham no está yendo como se esperaba o, al menos, como esperaban el jugador galés y su entorno. Lejos de ser la estrella que complementara al elenco liderado por Harry Kane y Heung-Min Son, Bale no sólo no se ha hecho con la titularidad sino que ha sido relegado al ostracismo por parte de José Mourinho en la Premier League, la principal competición de los Spurs en la presente campaña, donde sólo ha jugado uno de los últimos 10 partidos.
El encuentro disputado por el Tottenham este domingo confirmó que los caminos de Mourinho y Bale están lejos, por el momento, de encontrar un punto común. El técnico portugués, que apostó por un sistema de tres centrales y carrileros largos en Bramall Lane ante el Sheffield United, no dio un solo minuto a Gareth, en un encuentro en el que los Spurs se pusieron rápido al mando del encuentro, con un 0-2 –el partido acabó 1-3– que daba pie a la entrada al partido de jugadores menos habituales.
Bale ha perdido el puesto que muchos esperaban que fuera para él, pero realmente, nunca tuvo en sus manos. Tanto Lucas Moura como, sobre todo, Steven Bergwijn parecen más preparados que el galés para aportar al equipo, algo que ha llamado la atención a Mourinho, que siempre intenta dar oportunidades al que se lo trabaja y se adapta al colectivo para obtener los mejores resultados posibles a nivel global.
En lo que va de 2021, Bale sólo ha obtenido la oportunidad de jugar en FA Cup ante el equipo amateur Marine FC, donde formó parte de una sencilla goleada (0-5), aunque partiendo desde el banquillo. Unos problemas físicos le habían apartado del equipo en las semanas anteriores y una vez de vuelta, Mourinho está optando por darle la alternativa a otros jugadores mientras Gareth acumula más y más minutos desde el banquillo.
Ni en los partidos… ni en los entrenamientos
Una de las maneras que tiene Bale para destacar, y puede estar desaprovechando, está en los entrenamientos. Pese a sus 31 años, Gareth debe volver a convencer al entrenador como si fuera un juvenil y, a tenor de lo que captan las imágenes, por el momento está muy lejos de lograrlo. Recientemente, José Mourinho fue pillado por las cámaras transmitiendo el siguiente mensaje al ‘9’ del Tottenham: «¿Quieres estar aquí o irte al Madrid a no jugar?», le espetó en una sesión en la que Bale no parecía estar dando el 100% de sí mismo.
Las estadísticas de Bale son un claro indicador de que su aventura en el Tottenham no está resultando para nada positiva. El galés sólo ha participado en cuatro partidos de Premier League, de 19 disputados por el conjunto londinense, y en ellos apenas ha podido anotar un gol. En Europa League, donde sí contó con la confianza de Mourinho, sumó otros seis encuentros y un gol, estadística que se completa con un tercero en los dos partidos de Copa -uno de FA Cup y otro de Carabao Cup–, entre los que apenas suma 70 minutos.
¿Vuelta al ostracismo en el Real Madrid?
Distinguido por su autosuficiencia y pegada, Bale no ha podido adaptarse a lo que pide Mourinho, que tiene firmado un planteamiento en el que Son y Kane son los jugadores más destacados y el resto deben ponerse el mono de trabajo para aprovecharse de su incidencia, y defender, si es lo necesario. El galés, que ya mostró una desidia preocupante en sus últimos meses en el Real Madrid, no parece haber cambiado el chip en su llegada al Tottenham, dándole la razón a un Zinedine Zidane que no le veía preparado para aportar nada a los partidos del equipo blanco.
Bale, no obstante, debe andarse con ojo ya que Mourinho podría plantearse, de seguir así las cosas, romper su cesión o al menos, confirmar que no cuenta con él de cara a la próxima temporada. El atacante británico está cedido por el Real Madrid y, en caso de que los Spurs no accedan a comprarle, como podía esperar su entorno cuando se firmó el fichaje, tendría que volver a la capital de España, donde le esperan, salvo sorpresa mayúscula, menos oportunidades todavía de las que está contando en Londres.
