Dos chispazos fueron decisivos

La mitad de Vinicius es oro

Vinicius Junior fue capital en la victoria del Real Madrid ante la Real Sociedad

Sin firmar un gran partido hizo un gol y provocó otro

Victoria por penaltis

Vinicius
Vinicius celebra un gol con el Real Madrid. (Getty)

No fue sencillo el parón de selecciones para Vinicius Junior. Críticas, una derrota y ver como para su país Vini todavía no es el jugador llamado a liderar a la nueva generación carioca, a la que le está costando más de lo esperado encontrar la senda del triunfo. Incluso, hay quien pedía el regreso de un Neymar que no viste la camiseta de la pentacampeona del mundo desde que finalizase en cuartos de final el Mundial de Qatar para los brasileños. Con este caldo de cultivo llegó el madridista el jueves a Valdebebas, donde se le mima y arropa, aunque todos saben que no está en su mejor momento.

Fue el propio Ancelotti en la previa del partido contra la Real Sociedad el que dejó claro que Vinicius no está al cien por cien, pero también recordó que ha sido clave en las dos últimas Champions y que hay que darle cariño en el Real Madrid. El entorno que rodea al jugador tampoco ha sido el más tranquilo. Primero, con unas declaraciones cuanto menos polémicas en una entrevista en la CNN en las que hablaba de la posibilidad de quitar el Mundial de 2030 a España si no mejoraban ciertas conductas racistas y con el futbol saudí tentándole con millones infinitos a lo que, por el momento, no hace caso.

Con esta situación llegó Vinicius a San Sebastián, donde firmó uno de los peores 45 minutos que ha hecho en los últimos tres años, periodo en el que Vini ya es top mundial. El inicio de la segunda mitad no fue mucho mejor, pero la mitad de Vino vale oro. ¿Esto que quiere decir? Pues que con dos fogonazos dio al Real Madrid tres puntos capitales, los primeros fuera de casa y explicó al mundo entero porque el próximo 28 de octubre recogerá en París su primer Balón de Oro.

Con el partido atascado y viendo como la Real Sociedad maltrataba los postes de la portería de Courtois, Arda Güler disparaba, Sergio Gómez sacaba la mano a pasear, Martínez Munuera señalaba los once metros y Vinicius no falla el penalti. Y eso que Remiro se estiró todo lo que pudo adivinando el golpeo para evitar el gol. Minutos después, fue él víctima de un penalti en su primer regate con éxito, el VAR hizo acto de presencia para pitarlo, cedió el lanzamiento a Mbappé y los blancos terminaron ganando. Sólo él creyó en esa infracción, repitiendo al colegido, calmado, en tres ocasiones «es penalti, es penalti, es penalti». Y tanto que lo era.

Las cosas de Vini

Ancelotti también tiene mucha culpa de todo esto, ya que supo aguantar a Vinicius en el terreno de juego cuando lo más sencillo, posiblemente, era cambiarle. La fe del italiano en su estrella fue máxima y el tiempo le terminó dando la razón.

Con dos chipazos, Vinicius fue capital en la victoria del Real Madrid, aunque, también tiene sus peros. No gustó al propio Ancelotti su celebración mandando callar a una grada que sí, le silbó al arranque del partido, pero que con el paso de los minutos apostó por la indiferencia. Un gesto de esos que Vini se podría ahorrar.

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