El encuentro de la segunda jornada de Liga que enfrentó a Real Madrid y Valladolid en el estadio Santiago Bernabéu era el día de la puesta de largo de Mbappé como jugador blanco. Sí, ya sabemos que había debutado, marcado e, incluso, levantado un título como fue la Supercopa de Europa en sus dos primeros encuentros como madridista, pero ante los de Pucela iba a debutar frente a su afición. Esos que le llevan esperando, con amores y desamores varios, desde hace siete años.
La mala noticia fue que Mbappé no acudió a su fiesta. Sí que estuvo en el campo, también dejó algún detalle, pero poquito más. Muy lejos de lo que se esperaba del francés, que sólo tuvo dos oportunidades de gol en los 85 minutos en los que estuvo en el césped y ambas se topó con Hein, portero del Valladolid. Finalmente, fue sustituido por Endrick. El Bernabéu le despidió con aplausos… entendemos que es porque era el primer día. Si no mejora la bronca le llegará.
Mbappé dejó frío a su afición en su estreno. Está en pleno proceso de aclimatación y se nota, pero la realidad es que está lejos del nivel que se espera de un jugador de su potencial. El Real Madrid necesita que suba su rendimiento lo más rápido posible.
Valverde, el de siempre
Que Valverde será una leyenda del Real Madrid cuando dentro de muchos años cuelgue las botas es de sobra conocido. Un hombre fundamental para Ancelotti que está para lo que se le necesite. Esta vez, ante el Valladolid, fue el hombre que se encargó de salvar los muebles con un disparo de falta que terminó besando las redes pucelanas.
Bendita unidad B
Brahim y Endrick dejaron su sello en el partido. El primero, demostrando que es buenísimo y sentenciando el duelo con un gol lleno de calidad. El segundo, enseñando al Bernabéu que tiene una facilidad alucinante para ver portería.
Güler se queda a medias
Fue la gran novedad de la alineación del Real Madrid contra el Valladolid. Ancelotti apostó por el turco de titular en vez de poner a Modric. El madridismo lo celebró, no por no ver al croata, idolatrado por los suyos, sino por ver a un Arda Güler que en la Eurocopa con Turquía y en la pretemporada ha demostrado que está para coger el testigo de cualquiera.
Ancelotti se animó y le puso de titular, pero Güler se quedó a medias. En la primera mitad lo intentó, se ofreció, la pidió, pero no le encontraron sus compañeros. Se mostró perdido entre la delantera y el centro del campo. En la segunda mitad su rendimiento mejoró, los compañeros le encontraron y de una falta que él sufrió nació el gol de Valverde. Incluso, rozó el gol. Pero no fue suficiente. Pasada la hora de partido, fue cambiado por Modric.
Una primera mitad para reflexionar
La primera mitad que el Real Madrid firmó en el estadio Santiago Bernabéu es de esas que tienen que hacer reflexionar a Ancelotti. Es complicado hacerlo peor. Sin juego, sin ideas, sin ocasiones. Nada. Nada salió bien en un equipo al que de repente se le había olvidado jugar al fútbol. Empeoraron sin ruborizarse la segunda mitad de Son Moix y eso son palabras mayores. Tanto fue así que el coliseo madridista, que había acudido a una fiesta en el debut de Mbappé terminó pitando a sus jugadores cuando se fueron al vestuario tras 49 minutos, que fue lo que duró el suplicio de la primera parte, dantescos.
Las notas del Real Madrid
- Courtois: 7
- Carvajal: 6
- Militao: 8
- Rüdiger: 6
- Fran García: 8
- Tchouaméni: 5
- Valverde: 9
- Arda Güler: 5
- Rodrygo: 5
- Vinicius: 5
- Mbappé: 4
- Modric: 5
- Brahim: 7
- Ceballos: 5
- Endrick: 7
- Ancelotti: 5
