Las palabras de Marcelo Vieira calaron en la memoria y corazones de todos los madridistas. Se despedía una leyenda, un mito, un jugador sin parangón en una posición tan especial como el lateral izquierdo. Antes de sus palabras, el brasileño se emocionó con un vídeo homenaje donde repasaba gran parte de los momentos, goles, regates, asistencias y títulos que forjaron uno de los jugadores que han marcado una época en el club más laureado de todos los tiempos, el Real Madrid. Fue justo después cuando recibió la insignia de oro y brillantes de la mano de Florentino Pérez.
Le costó arrancar a Marcelo, que no pudo evitar emocionarse en varias ocasiones con ese aluvión de recuerdos que le fueron apareciendo en la cabeza durante toda su despedida. «Quería agradecer al club, a mis compañeros que he tenido la suerte de jugar durante todos estos años; los entrenadores que he tenido, los utilleros, que para mí son como mi familia; la gente que trabaja en la residencia, los de seguridad, los que trabajan por detrás, los que tienen el trabajo sucio…», enumeraba el capitán blanco sobre las muchas personas a las que agradecía todo: «Nosotros sólo nos dedicamos a jugar al fútbol pero me gusta recordar que nosotros jugamos bien y a gusto, gracias a que tenemos todo limpio y en orden. Hay un trabajo por detrás y eso lo aprendí en el Real Madrid. Quería agradecer al mejor club del mundo para poder disfrutar de esto. Cuando hablo de trabajo sucio me entendéis. Estamos haciendo lo que nos gusta y tenemos todo para disfrutar. He despertado todos los días en una alegría, hacer historia con el mejor club del mundo. Fui capaz de jugar en el mejor equipo del mundo. Quiero agradecer a todos, todos, es muy importante para mí».
El primer nombre que verbalizó no podía ser otro que el de Clarise, su mujer, la que le ha acompañado durante toda su historia blanca: «Quisiera agradecer a mi mujer, desde que empecé la vida de futbolista. Me ha dado dos hijos maravillosos. Tengo también más hijos, que son mis perros y gatos. Tengo un zoológico en casa. Quiero agradecer a ellos porque hemos formado una familia, todo juntos, si soy lo que soy hoy, la fuerza que tengo, es por ti Clarise».
🥲Imposible no emocionarse. Gracias, capitán. Gracias, @MarceloM12 #RMTV pic.twitter.com/7NNDbsakMC
— Alfonso Torres (@fonsotorres) June 13, 2022
De capitán a capitán. El otro nombre que pronunció fue el de Raúl González Blanco, al que quiso recordar por su impecable capitanía: «Raúl, que siempre le llamó capi, cuando llegué tuve un detalle muy grande conmigo. Cuando nació mi hijo Enzo, tú como capitán, me has regalado mucho, nos han regalado a mí familia un cesto con muchas cosas. No se me olvida, Tuviste un detalle conmigo grande. No solo desde ahí te vi como un ejemplo, en el fútbol hemos tenido muchos ejemplos y yo quise seguir el tuyo. Agradecerte que tuvieras un ejemplo bonito y fuerte que has sido tú. Todo lo que digo aquí sale normal, y quería agradecerte en persona».
«Agradezco a todos los que forman parte de esto. Cuando salí de Brasil tenía en mente jugar en un equipo grande de Europa. Jugar la Champions, cuando jugué con el Madrid tenía 18 años. Fue una aventura maravillosa. En mi cabeza pensaba que podía llegar a lo alto, y hoy salgo de aquí saliendo como el jugador con más títulos en la historia del club», rememoraba el brasileño, con una sonrisa: «Creo que hoy es un día no triste, de alegría, lloramos porque tenemos muchas emociones, muchas memorias, estoy muy feliz. Salgo de aquí con la cabeza alta, mi familia está orgullosa de mí. La gente que está siempre conmigo están felices conmigo. Soy un afortunado, todo ha sido con talento y trabajo, pero he tenido suerte de la gente que me ha podido ayudar».
No es un adiós, sino un hasta pronto para Marcelo: «Miro hacia el lado. No es un adiós porque no siento que me voy del Real Madrid. Algún día si vengo y no me dais una entrada tendréis un problema (risas)». Por último, auguró un futuro prometedor al Real Madrid que le precede: «Cuando dije que el Bernabéu está muy fuerte, el futuro del Madrid es prometedor como siempre. Incluso mi hijo. Es un día de alegría no triste. Vino como un niño y me voy como un hombre con mucha alegría».