El Real Madrid llega al momento más importante de la temporada con su motor en perfecto estado. Justo cuando la Champions asoma en el horizonte y la Liga se ha convertido en una carrera de fondo donde cada partido se asume como una final, la sala de máquinas, esa que forman Casemiro, Kroos y Modric, está en un grandísimo momento. Los tres son importantísimos para Zidane y los tres están en el mejor momento de la temporada.
La mejor prueba fue el partido ante el Valencia, donde los tres dieron sentido al juego del equipo. El Real Madrid ganó y, aunque no enamoró en el día de San Valentín, sí demostró que tiene ganas de seguir ligando hasta que la clasificación diga que es imposible. Y mucha culpa la tiene este trío de seguridad de Zinedine Zidane. El brasileño, el croata y el alemán rozan la perfección sobre el césped y sostienen a un equipo con pocas individualidades, pero capaz de competir con cualquiera si ellos mantienen este nivel de excelencia.
Kroos se llevó la mejor nota ante el Valencia. El alemán estuvo simplemente perfecto. Hizo el 2-0 para completar una grandísima jugada del Real Madrid, su efectividad en el pase fue del 94% y sólo falló uno de los 13 balones en largo que intentó. Luego, lejos de las estadísticas, dirigió el partido a su antojo. Dio una lección de juego y control, demostrando que el duelo se juega a la velocidad que él quiere.
Carlos Henrique ya es Casemiro. Le ha costado. Pocos como él han pagado tanto esta temporada tan extraña donde no han tenido ni pretemporada. Pero ya ha recuperado ese nivel que le coloca entre los mejores jugadores del mundo en su posición. Imponente durante los 90 minutos frente al Valencia, aportó en ataque, fue efectivo en el pase con un 91% de acierto y ayudó en defensa. De hecho, una recuperación suya a los seis minutos abortó una contra peligrosa de los de Javi Gracia con en el marcador todavía lucía el empate a cero.
Modric es de oro
Luego esta lo de Modric, que merece un capítulo aparte. El croata brilla con luz propia. Camino de los 36 años sigue siendo el jugador más determinante del equipo. Es totalmente diferente al resto. Kroos, su mejor socio, se acerca a su nivel, pero lo de Luka es pura magia. Aparece, juega y hace jugar. Con él sobre el césped todo es más sencillo. 79 minutos de calidad sobre el verde de un estadio Alfredo di Stéfano que si llega a ser el Bernabéu se hubiese caído en el momento de la sustitución.
Zidane, que está muy preocupado por la cantidad de lesiones que está sufriendo en el Real Madrid, el último en caer ha sido un Carvajal que sigue llenando una enfermería donde ya estaban siete compañeros suyos, necesita que estos tres jugadores se mantengan sanos. Con ellos bien todo es más fácil y sin ellos la temporada se puede convertir en una verdadera tortura.