Corría el minuto 50 de partido entre el Real Madrid y el Inter de Milán cuando en un instante todos los madridistas se llevaron las manos a la cabeza. Como si de un déjà vu se tratara, Eden Hazard volvía a recibir una entrada durísima en el tobillo, esta vez en el izquierdo, y las imágenes de las anteriores lesiones se volvían a repetir: visiblemente dolido, cojeaba de manera ostensible haciendo saltar todas las alarmas en Valdebebas.
Sin embargo, parece que todo se ha quedado en un susto. El jugador se le vio entrenando al mismo ritmo que sus compañeros este miércoles por la mañana en Valdebebas tras la victoria ante el Inter. De esta forma, el Real Madrid respira con un jugador que está llamado a ser importante durante esta temporada.
La precaución es máxima con Hazard. El Real Madrid sabe que es muy propenso a las lesiones y los cuidados han sido muy intensivos hasta lograr que esté, como ahora, en estado óptimo para competir. A pesar de que pocos minutos después de la entrada se le vio mejor sobre el césped, Zidane decidió sustituirle diez minutos después. El belga se sentó en el banquillo y se aplicó hielo sobre el tobillo mermado, que por suerte no era el derecho (el que ya ha tenido que operarse en dos ocasiones).
No fue el mejor partido de Eden Hazard ante el Inter, pero el jugador acumuló su segunda titularidad consecutiva tras la del Huesca. Poco a poco, Zinedine Zidane espera que vaya cogiendo ritmo y sea la referencia ofensiva de un Madrid que necesita al mejor Hazard, aquel que brilló en el Chelsea.