Andriy Oleksiyovych Lunin ya es eterno. Para siempre. El ucraniano ha entrenado de lleno en la historia del Real Madrid. El Ethad Stadium fue testigo de la exhibición de un portero que lo paró todo durante los 120 minutos que duró el encuentro, menos lo que ya era imparable, que no era otra cosa que el disparo de De Bruyne, pero es que también fue gigante en la tanda.
Lunin llevó con sus manos al Real Madrid a semifinales de la Champions. El meta paró dos penaltis, a Bernardo Silva y Kovacic, para ganar una tanda donde los blancos comenzaron fallando con Modric y ya metieron el resto para terminar logrando el billete a la siguiente ronda.
En definitiva, Lunin ya es eterno. No hay que compararle con nadie, sólo con él mismo. El ucraniano es un portero gigantesco que con su calidad y su profesionalidad ha sido capaz de darle la vuelta a todo para con en mayúsculas portero del Real Madrid.
Un consenso que salió bien
Tuvieron dudas el padre y el hijo en la previa. Carlo y Davide. Los dos Ancelotti que capitanean la nave del Real Madrid. El padre apostaba por el control y el bloque bajo, el hijo por mantener el plan del Bernabéu. Como el que dice «hay que ir a por ellos sin importar el dónde y el cómo». Finalmente, hubo un consenso. Rodrygo volvió a formar por la izquierda y Vinicius por dentro, pero en esta ocasión el equipo estuvo mucho más junto. Sabiendo sufrir, algo que hicieron y mucho en el Etihad.
El ejercicio de resistencia que hizo el Real Madrid fue admirable, pero no infinita. 15 minutos igualados donde los blancos dejaron una jugada que acabó con un disparo desviado de Camavinga de puro poderío y Rodrygo, con la izquierda, vio portería. Pero luego, el City dio un paso al frente y los blancos tuvieron que resistir como gato panza arriba cada una de las acometidas de los ingleses. Y no fueron pocas.
Un ejercicio de resistencia que duró 76 minutos, lo que tardó Kevin De Bruyne en encontrar una pelota suelta dentro del área y terminar haciendo lo inevitable, que era empatar un partido que el Manchester City estaba mereciendo desde hacía demasiados minutos. Y, finalmente, llegó. Lo que vino después de ese tanto ya es historia. La resistencia siguió, para alcanzar unos penaltis donde el Real Madrid volvió a escribir otra página dorada en su historia.
Rodrygo siempre aparece
Noche grande, noche en la que Rodrygo aparece. Es ley. El brasileño jugó en el costado izquierdo, como en la ida, y desde su banda favorita encontró el camino del gol. Vinicius le vio y, tras un primer disparo en el que se estrelló la zaga inglesa, terminó batiendo a Ederson para hacer el primer gol del encuentro.
Rodrygo ha marcado dos goles en esta eliminatoria, demostrando, una vez más y ya son muchas, que en las grandes noches, cuando hay que aparecer, siempre se puede contar con el brasileño. Sin duda, una bendición para Ancelotti y un Real Madrid que siempre confía ciegamente en un jugador importantísimo para el presente y el futuro del club.
Siempre se puede confiar en Nacho
Nacho Fernández fue titular en la vuelta de los cuartos de final de la Champions y cumplió. ¿Alguien lo dudaba? Alguno lo haría, pero Ancelotti tenía claro que iba a cumplir y lo hizo con creces, controlando a la perfección al mismísimo Haaland. El capitán le controló durante los 90 minutos que estuvo en el césped y no le permitió tener ni la más mínima ocasión.
Y es que, Haaland volvió a estrellarse con el Real Madrid. Esta vez su peor pesadilla no fue Rüdiger, al que trató de evitar durante casi todo el partido, sino Nacho, pero el rendimiento del noruego fue el mismo de siempre contra los blancos, el que puede ser, posiblemente, el único equipo que se ha librado de recibir gol del nórdico tras cuatro partidos. La guinda la puso con el penalti que lanzó, el cuarto, que acercó un poquito más a los blancos a semifinales.
Las notas del Real Madrid
- Lunin: 10
- Carvajal: 10
- Rüdiger: 10
- Nacho: 10
- Mendy: 10
- Camavinga: 10
- Kroos: 8
- Valverde: 9
- Bellingham: 6
- Rodrygo: 8
- Vinicius: 7
- Modric: 6
- Brahim: 6
- Lucas Vázquez: 7
- Militao: 6
- Ancelotti: 10
