El 26 de mayo de 2018 fue la noche más negra en la vida de Loris Karius. Su paupérrima actuación en la final de la Champions League de aquel año en Kiev, ante el Real Madrid, aún le ronda por la cabeza, por los pasillos y en cada estadio. Desde aquel día, su carrera deportiva ha caído en desgracia. Sus dos errores fueron determinantes en el resultado final, en la consecución de la Decimotercera Orejona que levantó el club blanco y que le maldijo.
«Aún se ríen de mi actuación», afirma Karius en una entrevista para Transfermarkt sobre aquella noche fatídica en la que sumó dos errores de bulto para los goles de Karim Benzema –al que casi le pone el balón en los pies–, y de Gareth Bale –ante el que no pudo atrapar su lejano disparo–. «A algunas personas les gusta recordarme todo el tiempo los errores. No entienden o no quieren creer que todo fue producto de una lesión en la cabeza», explica el meta germano, razonando aquello con el encontronazo que sufrió con Sergio Ramos, que marcó su partido tras el golpe en la cabeza.
Tras aquello, que le costó el título al Liverpool, el jugador cayó en desgracia para la afición red y también entre los planes de Jurgen Klopp, que le desterró de la titularidad. De hecho, fue poco después cuando el club inglés desembolsó 73 millones de euros a la Roma para el fichaje del portero brasileño Alisson Becker. Aquello llevó al jugador a tomar la decisión de salir cedido hacia Turquía, al Besiktas, pero allí su fortuna no cambió y el club otomano decidió rescindir su vinculación a préstamo. De vuelta a Liverpool.
«Tengo que ir a un club donde sepa que voy a jugar. No tiene sentido irse del Liverpool para ser suplente en un equipo peor. Antes que nada, el club tiene que atraerme y es por eso que no estoy desesperado en buscar mi próximo destino», reconoce Karius con respecto a su futuro y a sabiendas que aún tiene contrato con los reds hasta 2022.
