Se busca a Luka Jovic. Este miércoles volvió a disponer de una gran oportunidad para reivindicarse. Zidane le dio la titularidad ante el Zaragoza en La Romareda, pero el delantero serbio volvió a estar desaparecido. Sigue siendo invisible, y la temporada avanza. El Real Madrid pagó unos 60 millones de euros por él en verano y hasta el momento el balcánico no está devolviendo esa apuesta sobre el césped.
En el duelo de octavos de final de la Copa del Rey, sus números demuestran que pasara totalmente desapercibido sobre el terreno de juego. En los 72 minutos que disputó, no marcó ningún gol, no dio ninguna asistencia, no tiró a puerta (ni fuera) y no intentó ningún regate. 16 toques con sus compañeros es el pobre resumen de su partido antes de que Zidane decidiera sentarlo para dar entrada a Benzema.
Pobre bagaje
Y es que, al margen de que no esté acertado de cara a gol, a Jovic también le está costando un mundo participar en el juego. Cuando juega parece como una isla, aislado en la delantera y haciendo la guerra por su cuenta con las defensas rivales. Por otro lado, está el apartado goleador. El serbio sólo ha marcado un tanto con la camiseta del Real Madrid en los 21 partidos que ha disputado, una media de 0,05 goles por encuentro. El año pasado la tenía en 0,56 en el Eintracht de Frankfurt, con el que marcó 17 goles en 32 partidos.
Varios equipos están tras sus pasos y quieren su cesión en el presente mercado de invierno, pero el Real Madrid desoye las peticiones porque tanto el club como Zidane quieren que Jovic se quede. Pese a su discreta aportación, el balcánico sigue por delante de Mariano Díaz y es la primera alternativa a Benzema. La temporada es muy larga, como se encarga de recordar el entrenador francés en cada rueda de prensa, y en el Bernabéu confían en que Jovic en algún momento dé un golpe sobre la mesa y diga ‘aquí estoy yo’.