El día después de la derrota contra el Barcelona en el Real Madrid se asume sin dramas, pero tampoco sin pasar por alto que los blancos perdieron 3-0 ante su máximo rival en Dallas. Si bien es cierto que los hombres de Carlo Ancelotti no merecieron esa derrota por juego y, sobre todo, por ocasiones, la realidad es que el marcador fue demasiado duro. Desde la entidad madridista reconocen que el equipo no mereció perder de esa manera, pero también dejan claro que el mundo se queda con el marcador y este muestra un resultado demasiado contundente.
Por ello, el día después en Dallas se ha tomado como una jornada de reflexión en la que los blancos se han entrenador y el club intenta pasar página cuando antes sin olvidar lo que ha sucedido. Si bien es cierto que la imagen no fue ni mucho menos mala -los blancos se estrellaron en cinco ocasiones con la madera y fallaron un penalti-, la realidad es que el equipo mostró una falta de pólvora que no alarma, pero sí preocupa, y unos errores del pasado que esta temporada deben corregir.
Si arriba Rodrygo o Vinicius deben afinar la puntería y su juego, mientras que atrás la zaga madridista no puede cometer los errores que tuvieron ante el Barcelona. El despiste en el primer gol no se lo pueden volver a permitir. Tampoco los desbarajustes de la segunda y la tercera diana, que terminaron dejando un marcador abultado en contra de los de los de Carlo Ancelotti.
«Parecía que había una pared en la portería. Es un equipo nuevo y tenemos que adaptarnos, pero ha salido bien. Tenemos que seguir. Sin un ‘9′ fijo, tenemos ocasiones, se desmarcan bien arriba y eso es positivo», explicó Ancelotti tras el duelo. El italiano se debe esforzar en pulir los fallos y el vestuario ya tiene ganas de tomarse la venganza en un partido oficial ante el Barcelona. Hasta octubre tendrá que esperar.