El Real Madrid continúa cuidando a Eden Hazard para que llegue en la mejor forma posible al partido de vuelta ante el Manchester City. La plantilla del conjunto blanco dispone de unos días de vacaciones antes de centrarse en el regreso de la máxima competición, pero quieren controlar a su estrella para que llegue al cien por cien físicamente. Además de ponerle un plan específico de trabajo y nutritivo antes del regreso a los entrenamientos, desde el club están informados en todo momento de su peso, para evitar que se descontrole durante la semana de parón.
El cuerpo técnico trata de evitar que suceda lo mismo que a su llegada el último verano. Como el propio futbolista reconoció, tras su fichaje por los madridistas, llegó pasado de peso, condicionando su rendimiento al comienzo del curso. Algo que, junto con las lesiones sufridas después, le ha impedido mostrar su mejor nivel en su primer curso en el Bernabéu.
Precisamente, su tobillo es otro de los aspectos que más preocupa al conjunto blanco en este parón. Tras la cacería sufrida en la reanudación de la Liga, el belga se resintió de la operación a la que se sometió en febrero y Zidane optó por preservarle, evitando así una recaída.
De cara al mes de agosto, en el que volverá la Champions y Hazard deberá ser protagonista con el Real Madrid, los blancos vigilan la evolución del tobillo del jugador. Quieren que se cuide durante estas mini-vacaciones y no dudan de que se lo tomará igual de enserio que durante el confinamiento.
El año en blanco de Hazard
Entonces, Hazard apuró los plazos de recuperación de su última lesión, llegando a tiempo para las 11 últimas jornadas. Fue ahí donde empezó a dejar muestras reales del tipo de jugador que es y de la calidad que guarda en sus botas, aunque por miedo, Zidane evitó exponerle demasiado.
Obligados a ganar en el regreso de la Champions para tratar de recuperar el trono europeo, los blancos necesitan del mejor Hazard. En el club nadie duda del compromiso del futbolista, que se siente en deuda por no haber podido rendir al cien por cien en su primer año. Pero para evitar sustos, consideran que es necesario realizarle un seguimiento que le haga reincorporarse en las mejores condiciones.