El Real Madrid fue víctima del polémico arbitraje de Ricardo de Burgos Bengoetxea, al igual que su entrenador, Carlo Ancelotti. El italiano le protestó una de sus dudosas decisiones desde la banda y el colegiado fue directamente hacia él para detener sus quejas con poniendo las manos sobre él, a lo que rápidamente Carletto reaccionó de esta forma: «¡No me toques!».
El partido en Sevilla, que se saldó con empate (1-1), estuvo cargado de jugadas polémicas. Las dos primeras se produjeron en los diez primeros minutos, de los que el Madrid pudo lograr una renta de 0-2, de no ser porque de Burgos le anuló dos goles. El primero por un fuera de juego dudoso de Jude Bellingham, del que no se mostró ninguna imagen nítida, y el segundo por un gol del propio centrocampista.
La acción fue prácticamente inédita. Antonio Rüdiger y Lucas Ocampos impactaron en el borde del área de los visitantes, pero el árbitro mandó seguir mediante un gesto. Sin embargo, cuando el Madrid estaba trazando una contra que acabaría con el gol de Bellingham, de Burgos rectificó y paró la jugada de repente y a destiempo.
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— Fútbol en Movistar Plus+ (@MovistarFutbol) October 22, 2023
Ancelotti acabó muy enfadado y con razón después de un partido marcado por el arbitraje de Ricardo de Burgos Bengoetxea, un árbitro que ya tenía un historial preocupante por sus anteriores ocasiones con el Madrid. Para colmo, el colegiado vasco se abalanzó sobre el italiano y este le pidió que no se acercase a él para tocarle, un enfado muy inusual en un entrenador característico por su tranquilidad para afrontar este tipo de situaciones.
Ancelotti tiró de ironía contra de Burgos
En rueda de prensa, Ancelotti fue preguntado una y otra vez por las polémicas decisiones del árbitro de Burgos Bengoetxea, pero al italiano no le quedó otra que tirar de ironía para responder, con tal de evitar una hipotética sanción. Otra de las acciones que enfadó y mucho al madridismo fue un penalti no pitado sobre Vinicius Junior por un empujón en el área de Jesús Navas.
«El árbitro ha acertado. Ha estado bien. Ha parado la contra para preservar la salud de un jugador. No he hablado con el colegiado. Ha estado de nivel. Ha sido un partido competido», dijo Ancelotti, refiriéndose al segundo gol anulado, en un tono claramente irónico. «No estoy tirando de ironía. Estoy serio. Al final le he dicho que por qué me había amonestado. Yo no he hablado con los jugadores. Yo estoy muy contento con el árbitro», respondió nuevamente.
Después, se rindió a la evidencia y explicó por qué había tenido que explicar así la situación: «La ironía es la única manera de analizar este partido. Si digo lo que pienso del arbitraje me caen muchos partidos. Lo que más me gusta es sentarme en el banquillo y para evitar suspensiones no digo lo que pienso y tiro de ironía».
El Madrid no pudo sacar más que un punto del estadio Ramón Sánchez Pizjuán, pero aun así mantuvo el liderato de cara al Clásico. El próximo sábado se enfrentará a su eterno rival, el Barcelona, en lo que será el primer encuentro de la temporada, y será en Montjuic.