Mbappé no ha sido el mayor culpable del mal arranque del Real Madrid esta temporada, pero en la cuarta jornada de Liga ya llegaba el momento de empezar a reclamar al francés algo más tras tres encuentros en los que hizo cero goles. Contra el Betis las sensaciones no eran muy diferentes a la de los otros duelos durante buena parte del choque. No era capaz de encontrarse cómodo dentro del terreno de juego en ningún momento. Le costaba una barbaridad tener una mínima oportunidad. Hasta que llegó el ansiado momento.
Valverde, el único que está a la altura de este Real Madrid en este arranque de temporada, se sacó un taconazo en la frontal del área que encontró a Mbappé, que, esta vez sí, no falló ante un Rui Silva que salió con todo para tapar el disparo raso del galo, pero que no pudo detener. Minutos después, Brahim hacía magia, asistía a Vinicius, dejaba solo al brasileño y este era derribado por Rui Silva. Alberola Roja no quiso pitar el penalti, el tercero que reclamaban los blancos, pero finalmente el VAR le obligó a ir al monitor y no le quedó más remedio que señalar el punto de los once metros. Esta vez, fue Kylian el que disparó y no falló para alegría del Bernabéu y tranquilidad propia.
Dos goles que le sirvieron al Real Madrid para sacar adelante un partido que se complicaba minuto a minuto y a Mbappé para sacarse presión de encima. Ya se ha presentado y ha demostrado que vino para cosas como esta. En el club nunca tuvieron prisa, pero lo mejor para todos era que marcase cuanto antes. Ya lo ha hecho.
El problema sigue estando
Lleva tiempo repitiendo Ancelotti que sabe cual es el problema de que el Real Madrid juegue tan mal al fútbol y que sólo hay que ponerle solución. Esto segundo, lo más importante, por lo que sea no es capaz de detectarlo, ya que su equipo sigue sin ser ese conjunto llamado a dominarlos a todos. Sí es cierto que contra el Betis mejoró levemente su fútbol. No hay que echar campanas al vuelo, pero algún brote verde se vio. Aunque está lejos de ser suficiente.
El Real Madrid es un equipo sin chispa en muchas fases. Le cuesta mucho generar ventaja cuando arma jugadas de ataque. Los movimientos de los hombres sin balón siempre suelen ser equivocados. Especialmente, en esta faceta sale ganado con diferencia Tchouaméni. El francés puede hartarse a pedir la pelota, pero es imposible que se la den. Siempre está detrás de un rival o en una posición equivocada.
Todo quedó diluido por los dos goles de Mbappé y una victoria que fue justa para los madridistas, pero Ancelotti debe saber que todavía queda mucho por mejorar. En este parón de selecciones tendrá tiempo junto a su equipo de dar un buen ajuste a su idea de juego.
Valverde es único
Lo hemos dicho muchas veces, pero es que nunca es suficiente. Valverde es un jugador único. Para Ancelotti, posiblemente, el más intocable, ya que no hay otro en la plantilla como él. Ante el Betis tiró del equipo y de sus botas nació la asistencia a Mbappé en el primer gol de los blancos. Un jugador sobresaliente que traba por y para el colectivo. Eso no se paga con dinero.
Las notas del Real Madrid
- Courtois: 6
- Carvajal: 6
- Militao: 6
- Rüdiger: 7
- Mendy: 5
- Tchouaméni: 5
- Valverde: 9
- Ceballos: 7
- Rodrygo: 7
- Vinicius: 7
- Mbappé: 9
- Brahim: 8
- Fran García: 8
- Modric: 6
- Endrick: SIN TIEMPO
- Ancelotti: 6