Cuando el pasado 13 de diciembre la UEFA realizó una de las mayores chapuzas que se recuerdan y tuvo que repetir el sorteo de los octavos de final de la Champions, varios jugadores del PSG se alegraron de tenerse que medir al Real Madrid, gran dominador de la máxima competición de clubes. Esta felicidad se ha ido tornando en respeto gracias a los consejos del cuerpo técnico de Mauricio Pochettino, que han hecho ver a sus futbolistas que el 13 veces campeón de Europa siempre es un rival muy peligroso.
Varios de los jugadores del PSG acogieron con alegría el cruce con el Real Madrid, ya que se veían en ese momento mucho mejores. “Somos muy superiores”, dijeron pesos pesados del vestuario. Mbappé calló y no hizo comentarios, mientras que los que conocen perfectamente cómo se las gastan los blancos en la Champions miraban atónitos la excesiva confianza de sus compañeros. Al fin y al cabo, en el vestuario hay hasta cuatro jugadores (Keylor, Achraf, Di María y Sergio Ramos) que saben los que es levantar la competición de clubes más prestigiosa del mundo con la camiseta madridista.
Con el paso de las semanas la confianza en la caseta del PSG, que no tiene el mejor ambiente en estos momentos, está lejos de ser la misma que aquella tarde del 13 de diciembre. El Real Madrid en este tiempo ha demostrado que es un equipo sólido, mientras que los parisinos, a pesar de dominar la Ligue 1, no demuestran una superioridad aplastante y, como los blancos, han caído eliminados en la competición copera.
Ahora mismo, el mensaje que se transmite desde el vestuario del PSG es más prudente, ya que se siguen viendo favoritos, pero también son plenamente conscientes de que el Real Madrid es un equipo que se mueve como pocos en estas eliminatorias. “Son capaces de lo mejor cuando menos te lo esperas”, dicen voces autorizadas de una caseta que teme por encima de todo a Karim Benzema. El francés no estará al cien por cien, pero si juega será un peligro constante que preocupa especialmente a los parisinos.