Kylian Mbappé se consagró ante el Real Madrid. El delantero del PSG demostró por qué es el mejor jugador del mundo y el más desequilibrante. Trajo loca a la defensa madridista, en especial a Dani Carvajal y Lucas Vázquez, y anotó el gol de la victoria en el minuto 94. Su actuación no fue ninguna sorpresa, sus números en los últimos partidos reflejan el gran futbolista que es.
La exhibición ante el Madrid fue una más en su repertorio. En los últimos 17 partidos suma un total de 16 goles (siete en Liga, cinco en la Copa de Francia y cuatro en la Liga de Campeones), sin embargo su influencia en el juego es mucho mayor que simplemente marcar goles. Es el mejor del conjunto de Pochettino y así lo demuestran las cifras.
Además en Champions League ha participado en 51 goles en sus 53 partidos, repartidos en 32 goles y 19 asistencias. A ellos hay que añadir que ha anotado 13 tantos en sus últimos 13 encuentros.
En el vestuario del Madrid tenían claro que la gran amenaza era el delantero francés pero no encontraron la forma de frenarle. Además de ser el autor del tanto de la victoria, se fue de su par en cuatro ocasiones de las seis veces que intentó regatear, forzó un penalti que a la postre fallaría Messi… Cada vez que cogía el balón era sinónimo de peligro.
Cuando Mbappé recibía saltaban todas las alarmas. En los primeros minutos tuvo un par de ocasiones que salvó Thibaut Courtois, pero no eran más que un simple aviso de la tormenta que se avecinaba en París. Disparó cuatro veces entre los tres palos pero se topó con el meta belga, y una fuera que se marchó rozando el palo. A la siguiente no falló y la mandó para adentro.
Mbappé, decisivo
Kylian fue una auténtica pesadilla para la defensa blanca. Ganaba hasta los duelos por tierra, donde ganó un total de seis balones de los nueve que intentó. En cuanto a la eficacia en los pases acabó con un 87% tras completar con éxito 40 de los 47 que intentó. No había manera de pararle si no era con falta, algo que sucedió en dos ocasiones.
Su velocidad y su agilidad, acompañados de su calidad, le permitían escaparse de su marcador con relativa facilidad sin siquiera ser derribado, era como si estuviese jugando en el patio de su casa. Cualquier atisbo de duda sobre si está preparado para fichar por el Real Madrid quedó despejada, demostró que es el jugador más en forma de Europa en estos momentos.