Carlo Ancelotti no pudo reflejar mejor el sentir del madridismo al escuchar el escalofriante grito de Eduardo Camavinga en el preciso momento en el que cayó lesionado de la rodilla sobre el césped del Estadio Nacional de Varsovia. El entrenador del Real Madrid, que no podrá contar con el francés para la final de la Supercopa de Europa de este miércoles a las 21:00 horas contra la Atalanta, arrojó al terreno de juego una especie de aparato electrónico que tenía en sus manos fruto del enfado por el contratiempo de su futbolista.
Camavinga apuntaba a ser capital esta temporada y, de hecho, le había ganado la partida en la primera prueba de fuego a su oponente en el pivote del centro del campo, Aurélien Tchouaméni, que debido a esta inesperada lesión de su compatriota saltará al campo en el choque por el primer título del año. Sin embargo, todo se ha torcido para el galo a la primera de cambio y la imagen que dejó era para llevarse las manos a la cabeza.
Su técnico, en vez de realizar ese gesto, típico cuando sucede una situación de este estilo, no pudo evitar tirar lo que llevaba en sus manos al ver cómo se deslizaba la rodilla de Camavinga y le dejaba realmente dolido. Acto seguido, el italiano recogió el utensilio al mismo tiempo que los servicios médicos saltaban rápidamente para atender al centrocampista.
😵 La réaction de Mbappé et Ancelotti après la blessure de Camavinga à l’entraînement. pic.twitter.com/cO0yjdUIuu
— RMC Sport (@RMCsport) August 13, 2024
Las cámaras de RMC Sport captaron el momento justo en el que Carletto mostraba su desamparo al escuchar unos alaridos que ponían los pelos de punta. Eran de Camavinga, que estaba listo para estrenar su nuevo dorsal, el 6, recogiendo el testigo nada más y nada menos del capitán Nacho Fernández en la primera campaña sin él en el Real Madrid.
Ancelotti iba a contar con Camavinga
Ya formó parte del once de la final de la Champions League en Wembley ante el Borussia Dortmund y el pensamiento de Ancelotti, que quería calcar en la medida de lo posible esa alineación, era que ocupase esa misma demarcación en la capital de Polonia. Esta lesión, que se produjo en el último entrenamiento previo a la final, le impedirá finalmente vestirse de corto y las pruebas dictaminarán cuándo podrá debutar de forma oficial esta nueva temporada que arranca en Varsovia.
El francés, que se retiró antes de tiempo, pudo abandonar el entrenamiento por su propio pie, pero visiblemente enfadado. Desde el club lo primero que hicieron fue descartar una lesión grave. De esta forma, el Real Madrid se evita previsiblemente de otro caso como el de Thibaut Courtois, Eder Militao o David Alaba, que se rompieron el cruzado a lo largo del curso anterior.
Como decimos, el futbolista será sometido a más pruebas para conocer el alcance real del percance que sufre en las próximas horas, pero parece bastante improbable que pueda estar en Mallorca para el estreno liguero de este domingo. Hay que recordar que Camavinga sufrió una rotura del ligamento lateral externo en su rodilla derecha en 2023 durante un entrenamiento con Francia. Posiblemente, recordando ese momento, se asustó tanto.