Una hora sensacional de presión, fútbol y vértigo dio al Real Madrid una merecidísima victoria ante el Celta en Balaídos. Aquí hay candidato a la Liga… y a lo que sea. Luego, víctimas de su falta de gol, los blancos acabaron pidiendo la hora hasta el postrero gol de Asensio. Otro doblete de Benzema que vale oro porque como haya que esperar a que marque Vinicius nos puede salir barba. Y de hipster.
Tras el pico de la Champions la visita a Vigo era un partido valle. Que podía ser de lágrimas en caso de que el Real Madrid no ganara al Celta, porque su carrera por subirse al tren de la Liga no admite más traspiés. Como los de Zidane han tropezado más que Steve Urkel sólo les queda lo que decía Luis Aragonés: «Ganar y ganar. Y volver a ganar, y ganar, y ganar». Hay que ver cuánta sabiduría en un solo verbo.
El caso es que Zidane, sabedor de la trascendencia del choque en Balaídos, apostó por otro cambio de sistema. Por fin tiró del 4-4-2 que le permite meter juntos a su santísima trinidad de medios (Casemiro-Kroos-Modric) y a Fede Valverde, que le aporta al Real Madrid un empuje y un vigor muy necesarios. Además, a falta de Sergio Ramos mejor protegerse con un centrocampista más que apostar por uno de los intrascendentes delanteros que tiene en plantilla (léase Isco, Asensio, Rodrygo y compañía). Arriba, el bullicioso y fallón Vinicius se había ganado por méritos propios ser el escudero de Benzema, por mucho que nos desespere a todos. Como jugó requetebién ante el Atalanta, repetía contra el Celta. Sin novedad en el resto.
Arrancó el duelo de Balaídos con un Real Madrid concentrado y valiente. Apretaban arriba los de Zidane con Valverde en el vértice del rombo de la presión alta. Así llegó la primera ocasión blanca gracias a que Vinicius se aprovechó de un error del meta Iván Villar en su intento de sacar el balón con el pie. Quedó en nada. Pero reforzó al Real Madrid en su idea de seguir presionando al Celta muy cerca de su portería.
Salida en tromba del Madrid
También rondó Benzema el 0-1 a la salida de un córner en el 8. Su volea chocó contra Hugo Mallo, que abortó la ocasión. Había salido francamente bien el Real Madrid… y el Celta no sabía por dónde le caían los golpes. No era tanto el caudal de ocasiones como la sensación de tener el partido bajo un control absoluto.
Y de ese control acabó naciendo el primero del Madrid. Fue un golazo que cocinó Kroos en la frontal del área con un doble recorte. Filtró un pase magnífico a Benzema, emboscado entre los centrales del Celta. El francés no falló y la puso al palo largo de Villar con la precisión de un neurocirujano. Un golazo porque cuando los de talento se unen, suelen pasar cosas buenas.
No ocurre lo mismo con Vinicius, que falló un gol cantado en el 26. Les cuento. Benzema bailó un chotis en el área y la puso al segundo palo. Allí estaba el brasileño, que sólo tenía que poner el pecho. Lo puso, pero tan mal que la echó arriba. Sonreía Vini porque él, como Mendy, se toma la vida con felicidad.
Sí llegó el segundo después de una espectacular presión de Kroos en la salida de balón del Celta al filo de la media hora. Kroos robó el balón a Tapia, se la dio a Benzema y el francés ajustició a Villar para marcar el 0-2.
Doblete de Karim, responde Mina
El Real Madrid se vio con el partido ganado y se dio un respiro en la presión. Así llegó el gol del Celta después de un claro agarrón de Kroos a Iago Aspas. El centro llovido al área lo cabeceó a la remanguillé Santi Mina con una peinada a la que no llegó Courtois, que se tiró un poco tarde. El gol dio un respiro a los vigueses justo antes del descanso.
Del que volvimos con el Celta algo más espabilado y el Real Madrid más contemplativo. Poco a poco los de Zidane retomaron su dominio del juego con un Kroos ubicuo e inspirado. El alemán es sin duda uno de los mejores centrocampistas de la historia de este juego.
El vértigo de Balaídos beneficiaba a un Real Madrid que llegaba desbocado al área de Villar pero también a un Celta que ya lo tenía todo perdido de antemano. Vinicius no supo sacar partido del correcalles a la hora de partido. Falló su clásico gol cantado en el área. ¿Y si Vini está poseído por el espíritu de Higuaín y necesita un exorcismo?
Respondió el Celta con un buen disparo de Aspas desde la frontal que repelió con mano firme Courtois. Era el minuto 64 y el partido seguía abierto. Y siguió después de que Vinicius perdonara otra ocasión a campo abierto. es una lástima lo mal que elige en los metros finales porque su desborde es impresionante.
No cierra el Madrid
En el 70 Zidane metió a Asensio por un Kroos que había sido el mejor de su equipo. El Real Madrid volvía al 4-3-3 con Asensio y Vinicius para jugar a campo abierto. De la presión del Madrid, que volvió a ser altísima, pudo llegar el tercero. La tuvo Benzema pero Villar sacó una buena mano para evitar que los visitantes cerraran el partido. Tampoco Karim pudo aprovechar una falta en la frontal. La ejecutó mal. Era el 78 y el Real Madrid llevaba 11 tiros en Balaídos.
Melero quiso meter al Celta en el partido después de una falta que se inventó de Modric. La desvió Casemiro para que el tiro envenenado de Iago Aspas se estrellara contra el poste derecho de Courtois. Habría sido de cachondeo que los vigueses empataran con otro error arbitral en contra del Madrid… para variar. Igual las redes sociales del Atleti siguen viendo viento a favor, que nunca se sabe.
Eran los minutos finales y el Real Madrid supo sufrir para resistir en Balaídos y llevarse tres puntos, rubricados por el postrero gol de Marco Asensio, en un partido notable que mostró lo mejor y lo peor del equipo de Zidane. El ímpetu de un primer tiempo físicamente perfecto y la sempiterna falta de contundencia. En todo caso, tres puntos para los blancos… que siguen con su candidatura por la Liga.