«Con el 5, Rodrigo De Paul». Hace tiempo que el rugido del Metropolitano ha cambiado cuando por megafonía se menciona el nombre del futbolista argentino. Se ha pasado de escuchar pitidos y runrún a coreos y aplausos. Los ha cambiado un jugador que ha necesitado tres temporada, pero que ya ha implantado su jerarquía dentro y fuera del terreno de juego.
Dentro fue clave en las remontadas ante Sevilla, Barcelona y Cacereño. En las tres ocasiones con el papel de goleador, aunque también ha sido vital esta temporada a la hora de liderar el juego del Atlético. Con Koke lesionado y con un rol secundario esta temporada, De Paul se arriba en el Bernabéu como estandarte colchonero. Para dar ritmo con balón y tirar de galones cuando el partido eleve su temperatura.
Su papel en el vestuario también ha virado el rumbo. «Siempre me hicieron sentir importante. Todos los roles tienen un peso y nuestra mayor fuerza es el grupo, así se forman los equipos. Asumo lo que me toca y me encanta que me exijan. Puedo dar muchísimo más y la única manera de conseguir eso es trabajando», aseguró De Paul 24 horas de medirse al Real Madrid en Champions.
Declaraciones continuistas a las que dio Simeone. «Es un jugador importante para el equipo. Tiene mucha personalidad y ya no elige escenario», avisaba el Cholo cuando el futbolista era criticado por mostrar con Argentina una versión opuesta a la del Atlético. Con la selección se sentía liberado, fluía con el balón sobre sus pies y lideraba el juego. Mientras que cuando se ponía la rojiblanca las imprecisiones le superaban.
Se sintió señalado y ha cambiado su situación sin hacer ruido y con mucho trabajo. Ahora destaca por su buena ocupación de los espacios. De Paul dio continuidad a su buen año con un ejercicio de lectura ante el Athletic en el último partido. Durante el primer tiempo su buen juego posicional le permitió robar primero, ofrecer salida a sus compañeros y liderar las transiciones ofensivas después.
Este curso ha participado directamente en diez goles del Atlético con tres tantos y siete asistencias. Mismos números globales que en toda la temporada anterior, cuando anotó firmó cuatro tanto y repartió seis pases de gol. Su fútbol también ha evolucionado. Ahora es más vertical que antaño cuando la conducción en exceso le jugaba malas pasadas en forma de posesión perdida.