Álvaro Rodríguez salió de El Sadar siendo la gran sensación del Real Madrid. El delantero del Castilla debutó en Liga con el primer equipo blanco a lo grande. Como lo hacen los elegidos. Saltó al terreno de juego en el minuto 87 y en el tiempo que estuvo sobre el césped le dio tiempo a dar dos asistencias. La primera no valió por un milimétrico fuera de juego de Valverde en el comienzo de la jugada. Pero la segunda no se la puede quitar nadie. Presionó a Ünai García, robó el balón y dio un pase a Asensio, que el balear hizo bueno para que los de Ancelotti cerrasen el partido. Un duelo siempre complicado en Pamplona. Y todo ello en uno de los campos más difíciles de la Liga para un jugador del Real Madrid, El Sadar.
«Es difícil decirlo, pero es un jugador que tiene muchas cualidades. Es muy alto, maneja bien el balón, formidable de cabeza… Es un delantero que nos puede ayudar, como nos ha ayudado hoy. No es fácil para un joven entrar en el Real Madrid bien, focalizado en el partido. Ha marcado la diferencia en diez minutos, cuando ha dado dos asistencias. Otro, si no está frío, piensa en meter el gol. Nos va a ayudar esta temporada, estoy convencido», aseguraba Ancelotti en rueda de prensa, que también advertía que tenía que hablar con Raúl para decidir el futuro del atacante.
La idea del italiano es que tenga minutos, por lo que en los próximos meses irá compaginando el primer equipo con el filial madridista, que está luchando por ascender a Segunda División. Eso sí, se puede decir que empieza a entrar en dinámica del primer conjunto del Real Madrid desde ya y el plan es que la próxima temporada tenga un mayor protagonismo.
La normalidad como norma
Álvaro, que está en edad juvenil, debutó a la edad de 17 años con el Castilla en un duelo ante el Atlético Sanluqueño. Su primer gol llegó ante el Andorra tres partidos después y la temporada la cerró haciendo cuatro dianas y repartiendo cuatro asistencias en los 17 encuentros que disputó. También jugó la UEFA Youth League con el Juvenil A. Su gran curso le valió para que en verano el Real Madrid le blindase renovando un contrato que acababa en 2023 hasta la temporada 2026-2027 y poniéndole una cláusula de 50 millones de euros.
Este imponente delantero llegó a Valdebebas en 2020 procedente de las categorías inferiores del Girona. Nacido en Palamós, se ha criado en el fútbol catalán, aunque el Real Madrid estuvo rápido para hacerse con los servicios de un atacante que marca la diferencia por sus condiciones físicas, pero que también tiene calidad y una gran movilidad. De hecho, puede jugar de extremo izquierdo, de donde ha partido en varias ocasiones. Además, como persona es una bendición para cualquier vestuario. Pasional, por la sangre uruguaya que corre por sus venas, pero también sensible y, sobre todo, buen chico.