Tensión del segundo capitán

Almaty activa el ‘caso Valverde’

La actitud de Valverde en Almaty fue, cuanto menos, extraña

El uruguayo no jugó ni un minuto, pero dejó detalles sorprendentes

El Real Madrid supera un marrón, pero Valverde activa otro incendio

Valverde
Valverde.

La primera vez del Real Madrid en Almaty dejó la confirmación de que Mbappé es un jugador descomunal que puede empezar a mirar a los ojos al mismísimo Cristiano Ronaldo y que hay caso Valverde. Sí, así como suena. El uruguayo fue uno de los grandes protagonistas de la noche kazaja de los madridistas y eso que ni siquiera saltó al terreno de juego.

La noche de Valverde ante el Kairat no fue sencilla. El charrúa habló en la previa del encuentro y eso suele significar que al día siguiente juegas, pero en esta ocasión no fue así. O no lo fue en el momento de dar a conocer la alineación. Ceballos, que horas antes estaba convencido de que no iba a formar en el equipo inicial, se colaba en el once y Fede, el hombre que siempre está disponible, empezaba el duelo en el banquillo.

¿Un respiro para uno de los físicos más castigados de la plantilla del Real Madrid? Podría ser. Incluso eso es lo que aseguraba el club durante la escena que Valverde estaba interpretando ante la atenta mirada de todos. «Todo se debe a una cuestión deportiva. No hay lesión y tiene que descansar para el sábado», explicaban desde el vestuario. El sábado espera el Villarreal.

Pero el papelón que dejó Valverde en el Estadio Central es para analizar tranquilamente. El uruguayo no saltó en un primer momento a calentar junto al resto de los suplentes antes del partido y, cuando se dejó ver, no fue junto a sus compañeros, sentándose solo en el banquillo. Después, tanto cuando los jugadores del Real Madrid se fueron al descanso como cuando volvieron de él, Valverde se mostró muy serio, sin hablar con nadie. No obstante, el momento más delicado lo dejó cuando Xabi le mandó calentar. Valverde volvió a llegar el último y mantuvo una actitud de pasotismo impropia del que es el segundo capitán madridista. La guinda la puso cuando estuvo en la banda observando el partido de pie y con las manos echadas atrás, cruzadas. Hasta Bellingham algo le dijo al oído, algo que no inmutó a un futbolista que, cuando lo consideró, dejó de calentar para sentarse fuera del terreno de juego.

Tras el encuentro, Xabi Alonso aseguró que la decisión de que Valverde no jugara era deportiva, mientras que no se percató de todo lo sucedido. Lo que parece evidente es que un jugador tan implicado como él está molesto. Ya sea por la opción de volver al lateral derecho en situación de emergencia o, quién sabe, por qué.

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