El rendimiento de David Alaba con el Real Madrid no deja de sorprender. El principal fichaje del conjunto blanco del pasado verano se ha convertido en el verdadero líder de la defensa de Ancelotti, pero también en un importante recurso ofensivo para los madridistas. Ante el Rayo, volvió a quedar patente la polivalencia del austríaco, que no duda a la hora de mostrar su lado más dañino en ataque, con su tercera asistencia de la temporada, a la que hay que añadir el gol marcado en el Clásico.
Alaba se está confirmando como una de las grandes estrellas del equipo. Desde su llegada, ha dejado claro que su fichaje fue un chollo para los blancos, que se hicieron con un futbolista top en su posición a coste cero. En sus primeros partidos comenzó a demostrarlo, dejándolo más que claro ante el Barcelona, donde tuvo una actuación sobresaliente. Con un auténtico golazo sacó a relucir su faceta más ofensiva, que volvió a demostrar antes del parón, con una soberbia asistencia a Benzema para cerrar la victoria blanca.
Ante el Rayo, con el Madrid lanzado al ataque, el centrar se sumó al carril zurdo y dejó un detalle de su increíble técnica. Puso un centro milimétrico al segundo palo que no acertaron a leer los defensores vallecanos y al que llegó Benzema para hacer el segundo de la tarde en el Bernabéu. Con él, los madridistas afrontaban con mayor sosiego un partido que apuntaba a complicado y que terminó siéndolo en los minutos finales del partido.
Se trata de su tercera asistencia de la temporada. Y es que Alaba está dejando en este primer tramo del curso grandes detalles de su potencial ofensivo. De hecho, no tardó el austriaco en demostrar de lo que es capaz de darle a los blancos en ataque. En el primer partido de la temporada, ante el Alavés, ya puso un gran centro para que Vinicius cabecease a la red, asistiendo también a Benzema ante el Mallorca, en la goleada por 6-1.
Cabe destacar que Alaba, en la posición en la que mejor rinde es en la de lateral izquierdo y, tal y como está demostrando, es lógico. Su capacidad para sumarse al ataque y su gran velocidad le permite ser un puñal desde la banda. Sin embargo, en el conjunto blanco su rol es distinto. Aunque por las bajas ha partido en tres ocasiones en el carril, la necesidad de contar con un líder en el centro de la zaga le ha llevado a ser el acompañante de Militao.
Un jugador polivalente
El Real Madrid se encontró el pasado año con la gran oportunidad del mercado. El conjunto blanco no tenía previsto realizar grandes incorporaciones, debido a la situación económica que atravesaba a consecuencia de la pandemia. Únicamente la intentona por Mbappé se presentaba en el horizonte, hasta que apareció la opción Alaba.
El austriaco firmó al agotar su contrato con el Bayern de Múnich. Su llegada coincidió además, con la salida de Sergio Ramos, con el que el club no alcanzó un acuerdo para renovar. A partir de ahí, el papel del austriaco en la plantilla se vio condicionado, quedando como cabeza de cartel en el centro de la defensa.
La polivalencia del jugador, que le permite ser uno de los mejores del mundo tanto en el centro de la zaga, en el carril zurdo y en el pivote, quedó reducida a presencias eventuales en otra demarcación que no fuese la de central. Sin embargo, en cada partido trata de dejar su aporte en otras parcelas. Su velocidad y su condición de gran lateral le permiten ser un gran recurso en ataque.
Pese a partir desde más atrás y tener que superar más obstáculos para aparecer en las parcelas ofensivas, su posición no ha sido un impedimento para que se luzca en los últimos metros. Alaba se gusta incorporándose al ataque y trata de hacerlo cada vez que tiene ocasión, dejando grandes detalles en este comienzo de la temporada.
Sus subidas, además, no son en vano. Para tratarse de un central, sus números son espectaculares. A su contundencia atrás hay que añadirle los grandes registros en ataque, donde suma un gol y tres asistencias. Sin ir más lejos, con el Bayern de Múnich logró 33 goles y 56 asistencias a lo largo de las 11 temporadas en las que estuvo en el club. Su fichaje, como está dejando claro en este arranque del curso, es todo un acierto y no sólo en defensa.
