Copa del Rey Juvenil: Real Madrid-Almería

El Juvenil de Arbeloa se proclama campeón de la Copa del Rey

Juvenil
Los jugadores del Juvenil A levantan la Copa. (Real Madrid)

El Juvenil A de Álvaro Arbeloa se proclamó campeón de la Copa del Rey tras vencer al Almería por 2-1. La generación de oro del 2004 volvió a ganar y son ya 35 partidos consecutivos invicto esta temporada. Esta victoria sirvió para lograr el primer título de la temporada en la que las expectativas están por todo lo alto. Los mirlos de La Fábrica fueron claros merecedores del trofeo, pese a tener en frente a un Almería que demostró el por qué llegó a esta final disputada en el Reino de León. Pol Fortuny y Manuel Ángel, fueron los anotadores del encuentro para los blancos.

Y es que el partido comenzó con un auténtico vendaval de juego y ocasiones por parte de los chicos de Arbeloa. Los blancos solo necesitaron cuatro minutos para crear la primera ocasión clara del encuentro, pero el remate de Palacios se fue fuera a la salida de un córner botado por David Jiménez. La clarísima superioridad se manifestó, por fin, tres minutos más tarde, en el 7′, para que Pol Fortuny, el día que cumplía la mayoría de edad, anotara un auténtico golazo de cabeza para abrir el marcador. Día redondo para el joven futbolista que jamás olvidará. Gol, 18 años y la Copa del Rey juvenil bajo el brazo.

El conjunto indálico se vio realmente superado por este inicio dominante del Real Madrid, que campaba a sus anchas por el Reino de León. Los jugadores blancos tocaban y tocaban mientras sus rivales perseguían sombras. Tal era el dominio de los de Arbeloa, que ampliaron la ventaja pocos minutos después. Corría el minuto 17 de partido cuando Manuel Ángel anotaba, sin duda, el gol de la final. A la salida de un córner, el capitán blanco enganchó una espectacular volea desde fuera del área para introducir el balón por la escuadra de la portería de Bruno. Imposible para el guardameta, que vio como el balón quitaba las telas de araña de la portería.

Este segundo gol del partido no cambió el signo del encuentro. Los blancos seguían disfrutando del balón y jugando a su antojo, mientras que el Almería no lograba entrar en la final. De hecho, tras el gol del Manuel Ángel, Arbeloa pedía a sus jugadores que no se relajasen y que continuaran con esa misma ambición que habían demostrado durante los primeros minutos del encuentro. Los primeros 45 minutos quedaron en un visto y no visto y el Real Madrid no se había aún despeinado.

Pero el Almería salió en la segunda parte con otra cara. La entrada al terreno de juego de Fede Oliva por la banda izquierda le dio a los andaluces más mordiente en ataque. El inicio de la segunda mitad estuvo marcado por la garra y el ejercicio de resiliencia que realizaron los visitantes para intentar de darle la vuelta a la final. De hecho pusieron en muy serio aprietos a los de Arbeloa, que llegaron a sufrir más de lo esperado en los instantes finales.

Sufrimiento inesperado

Pero un error garrafal de Diego Piñeiro dio alas y al Almería y provocó un sufrimiento que nadie esperaba. En el minuto 71 de partido, cuando el conjunto indálico estaba presionando más a su rival, el guardameta del Real Madrid erró gravemente en salida de balón para que Rachad recortara distancias. El portero se lamentaba, pero sus compañeros le animaban porque quedaban todavía 20 minutos de final.

No obstante, los chicos de Arbeloa supieron sufrir, hacerse fuertes y demostrar por qué es uno de los juveniles más en forma de Europa. 20 minutos de sufrimiento tras el gol de Rachad para lograr el primer título de la temporada. Ya sólo quedan tres más para conseguir lo que nadie ha hecho: ganar cuatro títulos en una misma temporada.

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