Suele decirse que no hay dos sin tres. El Real Madrid de baloncesto encadenó su tercera derrota (83-92) consecutiva en Euroliga ante el Zalgiris de Sylvian Francisco, omnipresente. El francés marcó el ritmo y emergió en los momentos de reacción del club blanco, que llegó a verse 19 abajo. Su conato de remontada quedó en nada porque Lonnie Walker (21 puntos) y el mencionado Francisco (14) así lo decidieron.
Situación embarrada la del Real Madrid en Euroliga tras un partido, otra vez, a remolque y, otra vez, aferrado a la épica. Se mete en un lió el equipo de un Chus Mateo que fue expulsado fruto de una queja por un posible tapón ilegal no señalado. El entrenador blanco se fue antes de tiempo tras una técnica al banquillo y otra a él.
El Zalgiris impuso su ritmo desde el inicio. Bajo la batuta de Francisco y la versión anotadora de Walker. A más de un aficionado madridista se le pasaron por la cabeza los rumores que situaban al estadounidense con la camiseta blanca. El escolta encontró una herida en el exterior y la atacó hasta desangrar al que podría haber sido su equipo.
Sobrevivían los merengues desde la línea de tiros libros, sobre todo por obra de Walter ‘Edy’ Tavares y de un Mario Hezonja con cara de reivindicarse tras su expulsión en la anterior jornada, rifirrafe incluido a través de las redes sociales. Pero en la recta final del primer cuarto, sendos triples de Matthew Mitchell y Deividas Sirvydis pusieron por delante al cuadro lituano y apagaron a Hezonja, a Tavares, a Campazzo y compañía.
Reacción insuficiente del Real Madrid
Tampoco brillaba Alberto Abalde, encomendado a frenar al estelar Lonnie Walker y que se cargó bastante pronto con dos faltas personales. Al poco de empezar el segundo cuarto, Walker volvió a ver aro y Alen Smailagic estrenó su cuenta de puntos para impulsar una racha que situó 26-43 arriba al Zalgiris. Y es que Sylvain Francisco también se había sumado al festival visitante con los triples, habiendo acertado 10 de 15 lanzamientos en esa estadística cuando se marcharon al descanso (38-54).
Una falta técnica a Sergio Llull por protestar una falta en ataque de ‘Edy’ Tavares, junto a una falta antideportiva de Eli John Ndiaye y otra técnica al banquillo, caldeó el ambiente del recinto justo antes de irse a vestuarios. No obstante, los pupilos de Chus Mateo volvieron a la cancha con aire distinto y lo dejaron claro mediante un parcial de 6-0.
En medio de todo el barullo se esperaba que otras armas madridistas aparecieran, un contexto idóneo para que hombres como Dzanan Musa se envalentonasen. Pese a acercarse a 69-80, fue un espejismo, como también lo fue ir 80-88 a menos de minuto y medio para la conclusión. Ni el WiZink, ese pabellón que tantas y tantas veces ha empujado a los suyos a remontadas heroicas, creía esta vez en el milagro contra un Zalgiris sólido atrás cuando los jugadores merengues merodeaban la bombilla
