Copa del Rey de Badalona

Razones de un naufragio

Estuvo a punto de ocurrir en cuartos de final contra el Valencia Basket… y la tragedia se acabó consumando en semifinales contra el Unicaja. El Real Madrid se quedaba fuera de la Copa del Rey por primera vez en la última década. Un equipo que llegaba en momento óptimo, con una serie de 12 victorias en 13 partidos, se desgarraba sin remisión en el primer momento clave de la temporada. ¿Cuáles son las claves que explican el naufragio en el Olímpico de Badalona?

Dirección errática

Casi todas las escopetas apuntan hacia Chus Mateo en este momento crítico. Pablo Laso, sentado en la grada del Olímpico, asistía en directo al descalabro de su antiguo equipo… y de su pupilo. En su primera temporada al mando del equipo, sin duda el reto más exigente de una carrera labrada como asistente de grandes técnicos, Mateo no ha dado con la tecla en Badalona.

En una plantilla plagada de talento y diseñada para reinar en Europa, dos jugadores fueron exprimidos en Badalona: Tavares y Deck. Ambos promediaron 31 minutos, y eso que el pívot sufrió una brecha que le obligó a parar un buen rato. Al mismo tiempo, Causeur no jugó ni un minuto ante el Valencia y luego formó parte del quinteto que intentó remontar sin éxito contra el Unicaja. En cuanto a Poirier, no jugó ni ocho minutos de media. Su entrenador prefirió colocar a Yabusele de cinco de urgencia. Sucesos extraños a estas avanzadas alturas de la temporada.

Desacierto en ataque

A la hora de poner el foco en los jugadores, hay dos que llaman especialmente la atención: Guerschon Yabusele y Mario Hezonja. El francés venía en una línea muy regular durante todo el curso, pero ante el Unicaja se difuminó en la espesura general de su equipo. En cuanto al croata, un tipo ciclotímico como pocos, finalizó la semifinal con una estadística nefasta: 0/5 en triples y -4 de valoración. Pero no fue el único con el punto de mira desviado: el Madrid solo metió 8 triples… en 48 intentos.

Problemas físicos

Con Carlos Alocén en el dique seco desde muchos meses, Rudy Fernández y Alberto Abalde llegaban muy justos a esta Copa, tanto que no pudieron ayudar a sus compañeros. El balear forzó en semifinales, pero jugó cuatro segundos testimoniales, mientras que el gallego ni siquiera se vistió de corto. Los problemas aumentaron una vez empezada la Copa. Sergio Llull se lesionó la rodilla izquierda ante el Valencia Basket y camina con muletas desde entonces. La desgracia creció ante el Unicaja con la lesión de Musa y la brecha de Tavares en el momento clave del encuentro. El africano pudo retornar a la pista, pero ya era demasiado tarde.

Un rival en estado de gracia

Ninguna derrota se produce sin intervención del adversario. El Unicaja, impulsado por su campanada frente al Barcelona, se creyó desde el primer minuto que también podía tumbar al otro ‘grande’ del baloncesto español y se puso manos a la obra. Su gesta no tienen parangón en toda la historia moderna de la Copa del Rey. Le sobró acierto (52% en triples) e intensidad (35-24 en rebotes, haciendo que Tavares solo cogiera dos) para doblegar a un rival que fue perdiendo la esperanza poco a poco y sin un solo atisbo de recuperación.

 

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