Los dos trofeos que Chus Mateo se trae de Kaunas
El día más feliz en la carrera de Chus Mateo tuvo un epílogo que nunca olvidará, tan inesperado como emocional, tan intenso que llevó al técnico del Real Madrid, un tipo habitualmente hierático, a sucumbir bajo el peso de sus propias lágrimas. El protagonista fue Walter Tavares, que quiso aprovechar su discurso tras recibir el MVP de la Final Four para romper no una, sino un carro de lanzas, a favor de su entrenador.
«Cuando un equipo gana se habla de su entrenador, pero cuando gana el Madrid nunca se habla de él. Si no fuera por Chus no estaríamos aquí, ya que él ha sido el que ha creído en nosotros desde agosto hasta ahora. La gente debería pedirle perdón. Se merece este título porque es una de las mejores personas que me he cruzado en mi vida», indicó Tavares con un gesto muy serio que sorprendió en un momento de tanta euforia.
Se notaba que el gigante africano hablaba desde el corazón y también que ya había rumiado antes esas palabras, esperando el momento ideal para mostrar públicamente la admiración por su técnico. Un minuto de parlamento demoledor que fue socavando poco a poco a Mateo, fundiéndolo emocionalmente a ojos de toda la prensa. El técnico primero le tocó el brazo con discreción a su jugador en señal de agradecimiento, pero al ver que no callaba acabó llorando con toda la discreción que pudo.
«Hoy he ganado dos trofeos. Es genial escuchar lo que ha dicho Edy. Somos una familia, suena a tópico, pero es verdad. Edy es un súper clase y una gran persona, y estoy muy feliz también por él. Hay más jugadores que me han dicho cosas muy bonitas. Ha habido muchos abrazos, muchas lágrimas y muchos besos. Han explotado todas las emociones», reconocía Mateo.
«Asumo las críticas»
El entrenador del Real Madrid ha tenido que escuchar todo tipo de críticas esta temporada. Él lo sabe mejor que nadie, pero al mismo tiempo les resta importancia explicando que va en su cargo, en su sueldo, en lo que significa ser el entrenador del equipo más laureado de Europa. Como siempre le gusta decir, es mejor «desdramatizar» todo lo que rodea al baloncesto y centrarse en otras cosas.
«Yo entiendo que la responsabilidad que conlleva ser entrenador del Madrid no es fácil y siempre estás bajo la lupa, pero intento no hacer mucho caso. Hay mucha gente que opina y tiene menos bagaje, incluso detrás de un seudónimo. No pasa nada, está dentro de mi trabajo, asumo las críticas y sé que son parte del juego», zanjó el único que vuelve a España con dos ‘trofeos’… junto con el MVP Tavares. Ambos acabaron fundidos en un largo abrazo al finalizar la comparecencia.