Messi hace un túnel a los cuartos de final (3-0)
El Barcelona sigue con su temporada perfecta. Los azulgrana tumbaron al Chelsea en los octavos de final de la Champions con un superlativo doblete de Leo Messi en un duelo donde los visitantes no se merecieron ir de vacío tras volver a dar dos postes –como en la ida–. Los culés, pese a no brillar en el juego, firmaron un partido más que eficaz de cara a la portería y casi descartan a Courtois para la lista de fichajes futuribles del Real Madrid.
Siempre quedará la duda de si el Chelsea iba a atacar o esperar. El Barça abrió el marcador en el minuto dos tras una posesión de balón eterna en la que terminó en una pared relámpago entre Messi, Marcos Alonso –involuntariamente–, Luis Suárez y nuevamente el argentino plantándose sólo ante un Courtois que pudo hacer mucho más.
Messi remató con la derecha, excesivamente escorado y no muy potente, pero en la dirección adecuada para colarla por debajo de las piernas del guardameta belga. Courtois fue incapaz de cubrir el hueco y dejó clara que su asignatura pendiente sigue siendo el juego por bajo. Al Barça se le puso el partido tan de cara que renunció a la posesión los 15 minutos siguientes.
El Chelsea comenzó a acechar la portería de Ter Stegen, pero sin conseguir rematar. Willian y Hazard creaban todo el peligro, pero el nivel de Giroud dista mucho del de un gran ariete europeo. Sus movimientos eran lentos y torpes, mientras que el Barcelona cada vez que podía picaba como una avispa.
En esas que apareció Messi tras una pérdida grosera de Cesc Fábregas –ya falló en el primer partido– que dejó al argentino en una posición franca para correr desde el centro del campo. El delantero fue atrayendo a la defensa rival mientras veía como entraba en segunda línea por la derecha Ousmane Dembélé. El francés, que no había tenido ni confianza ni continuidad durante la temporada, anotaba el gol de la tranquilidad con un potente derecha que se coló por la escuadra. Courtois la tocó, pero no la sacó.
El Chelsea se quedó en estado de shock tras el gol. El Barça se pudo desembarazar de la presión e incluso tocar tranquilamente durante un buen rato en la primera mitad. Los visitantes, sin embargo, estaban tomando aire antes de su embestida final. Y esa percepción la sintió todo el Camp Nou tras una doble ocasión en el minuto 37. Ter Stegen sacó una volea de Marcos Alonso y en el rechace de la jugada Kante rompió a toda la defensa culé para luego cruzar en exceso su disparo.
Otro palo para el Chelsea
La primera parte se cerró con una falta lanzada magistralmente por Marcos Alonso que se estrelló en la madera. Lo de los londinenses en esta eliminatoria es digno de estudio tras las dos maderas en el partido de ida de Willian. El canterano del Real Madrid se lamentaba tras haber tenido las dos más claras de los visitantes.
El Chelsea salió a tumba abierta en la segunda mitad. Los de Conte jugaron con fuego y a la larga se terminarían quemando. Una muestra de ello fue la pérdida en un saque de puerta de Courtois, donde el belga regaló un mano a mano a Luis Suárez, teniendo una buena respuesta parando el disparo cruzado en el minuto 47.
Los londinenses se desgañitaron en la siguiente jugada después de considerar que Piqué cometió penalti sobre Marcos Alonso cuando éste se plantaba sólo ante Ter Stegen. Las protestas le valieron una tarjeta amarilla a Giroud en su acción más destacada del choque.
Messi resuelve
El Chelsea siguió cercando la portería azulgrana, especialmente atacando la banda derecha donde Dembélé hacía aguas, pero en su mejor momento volvió a aparecer un Leo Messi demencial. El jugador culé devolvió el cariño a la grada –que le dedicó un tifo con una foto y el mensaje ‘God save the King- arrancó desde la frontal y se fue escorando más y más a la izquierda conforme le salían rivales para definir raso y nuevamente por debajo de las piernas de un Courtois que definitivamente queda señalado tras el partido.
Valverde, viendo el duelo sentenciado, quiso equilibrar al equipo tras la lesión de Sergio Busquets, la reaparición de Iniesta y la inexperiencia de Dembélé introduciendo cambios defensivos muy eficaces. André Gomes y Pedro Rodríguez –en su regreso al Camp Nou– fueron los grandes ovacionados en un partido que no tuvo más historia que un nuevo cabezazo al travesaño del Chelsea en el minuto 89.
El Barça crece desde la solidez defensiva y la fiabilidad. El Chelsea tuvo sus oportunidades, pero la suerte no estuvo de su parte. También cuenta el descomunal factor Messi y que ni Courtois y Cesc Fábregas estuvieron a la altura de su cartel. Los culés siguen siendo una garantía de llegar a cuartos de final de la Champions, aunque sea mediante túneles.
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