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Un candado para el doblete

El Real Madrid volvió a dejar ayer la portería a cero. Después de arrollar en el derbi al Atlético de Madrid (3-0) y echar el candado de la mano de Keylor Navas, este sábado fue Kiko Casilla quien no encajó, consiguiendo así encadenar dos partidos consecutivos dejando a sus rivales en blanco.

El conjunto blanco no lograba dejar su marco impoluto en dos ocasiones seguidas desde el mes de enero, cuando ganó 3-0 al Sevilla en Copa y, después, al conjunto nazarí 5-0. Una vuelta después, consigue recuperar su eficacia defensiva en el tramo final de la temporada.

La solidez de la zaga del Real Madrid ha vuelto en el momento clave. Con sólo cinco partidos por disputarse de la presente temporada -suponiendo que el Atleti no logre remontar en Champions- el conjunto de Zidane recupera su mejor versión defensiva de cara a levantar Liga y Champions.

Con la visita del Sevilla y la salida a Balaídos en el horizonte como partidos más complicados en la lucha por el título liguero, no encajar se antoja de gran importancia para los madridistas. Si a eso le añadimos una posible final de Liga de Campeones frente a la Juventus, que sólo ha encajado dos goles en toda la competición, el cerrojo se vuelve vital para lograr la Duodécima.

Por suerte para el madridismo, el lastre de los goles en contra recibidos durante toda la temporada, a la más mínima oportunidad del rival, parece haber llegado a su fin. Al menos en los dos últimos duelos disputados por los de Chamartín. El don goleador de la plantilla, ha tapado las carencias defensivas del equipo y ha evitado una sangría considerable de puntos, que ahora les permite luchar por una hazaña que no se consigue desde finales de los 50.

Ahora, con el grueso de la zaga recuperado para afrontar los últimos compases del curso, los de Zidane tienen la tarea de seguir sin encajar. Eso, unido a su racha de un año marcando en todos los choques hacen creer más que nunca en un doblete que ya se ve muy cerca.