En COOL somos expertas en descubrir marcas de moda y joyería que tienen algo especial. Firmas con encanto, de calidad, con ese aire cool que tanto nos gusta. La última ha sido BONAI Madrid, una marca de joyería de lujo asequible que tiene al frente a Aitor Gómez, un periodista madrileño que dio un giro radical a su vida tras un viaje a la India. Cada pieza de BONAI lleva el distintivo toque personal de Aitor, manteniendo una conexión íntima y auténtica con sus clientes en todo el mundo.
Hablamos con Aitor de joyas y diseños, y de todos los rostros conocidos que ya apuestan por esta marca de lujo asequible que se ha hecho un hueco en el mundo de la bisutería.
Pregunta: ¿Qué encontraste en la India para dejar tu vida de periodista y lanzarte al mundo de las joyas?
Respuesta: Siempre me ha encantado viajar y desde que era universitario me cogía una mochila y realizaba viajes largos y lejanos con el dinero que ahorraba de las becas que realizaba en empresas de periodismo.
Uno de los viajes que más me marcó fue la India. Allí conocí a una viuda, propietaria de un taller de joyas, con la que establecí una conexión muy especial. Me enamoró su manera de hacer las piezas, completamente artesanal, y su calidad humana. Allí me dijo que en la India, las mujeres no podían escoger su camino, por lo que yo tenía la responsabilidad de elegir algo que me hiciera feliz. Aquellas palabras sonaron proféticas para mí.
No fue hasta más tarde, cuando uní los puntos de mi historia y me di cuenta de que aquella historia me marcaría para siempre.
P: ¿Siempre sentiste predilección por las joyas?
R: Lo cierto es que no. Lo que siempre he tenido es mucha conexión con las mujeres y su manera de pensar. También sentido estético y de la moda. Desde pequeño me encantaba mirar a mi madre y a mis tías arreglarse cuando salíamos a cenar. Aquel ritual de ensalzar su belleza a través de la ropa y el maquillaje me dejaba boquiabierto.
Además, mis abuelos tenían una tienda de artículos de bisutería, bolsos, carteras, y todo tipo de productos relacionados con la peletería. Recuerdo con mucho cariño entrar en la tienda de mis abuelos y ver expuestos todos los productos. También ver a mi abuela atender a las clientas y a mi abuelo detrás con los números. Creo también fue algo que me marcó y que de manera indirecta, me ha llevado a donde estoy hoy.
P: ¿Cuál fue el punto de inflexión para decidir dejar el periodismo por completo y meterte de lleno en la joyería?
R: El punto de inflexión fue un viaje a Colombia. Allí, con la idea de emprender en mente, me encontré con un pequeño taller en Cartagena de Indias, una ciudad mágica.
En el taller desarrollaban pendientes y todo tipo de accesorios, con una palmera local, la palma de Iraca. Dejaban secar sus hojas, las deshilachaban, tenían los hilos con pigmento natural y después lo tejían en formas de lo más variopintas.
Me quedé enamorado de todo lo que hacían y compré lo que sería la primera colección de BONAI Madrid. Fue un éxito total.
P: ¿Cómo fueron los inicios? Tengo entendido que eras tú mismo quien preparaba los paquetes.
R: Así es. En los inicios yo era el becario, el empaquetador, el maquillador, el fotógrafo, el creador de contenido, la atención al cliente, etc, (ríe).
Cuando comienzas a emprender, tu máxima preocupación es ahorrar todo lo que puedas para reinvertir todo el beneficio que tengas. Por suerte soy una persona multidisciplinar al que desde pequeño le gustan muchas cosas diferentes. Para mí nunca ha sido un impedimento tener que realizar todas las tareas. De hecho, creo que es una de las cosas más bonitas de emprender. Todos los días haces algo distinto, algo que me parece fundamental para crecer y sobre todo, para no caer en el aburrimiento.
P: ¿Cuál ha sido la mayor dificultad que te has encontrado por el camino?
R: Hay muchas, pero creo que la mayor que me he encontrado ha sido desarrollar y hacer crecer una empresa sin tener formación empresarial. Si bien en la universidad estudié asignaturas relacionadas con la empresa y la economía, no me resultaron suficientes para llevar las riendas de manera segura. Por suerte, por el camino me asocié con dos personas muy relacionadas con el mundo de las finanzas y me enseñan cada día algo nuevo. Creo que es la mejor manera de aprender.
P: ¿Cuántas colecciones lanzas al año?
R: Lanzamos cuatro colecciones al año, una colección por cada estación, ya que huimos del fast fashion. De hecho, cuidamos mucho el stock que tenemos, ya que no nos gusta nada acumular. Somos de producir en pequeñas cantidades. Esto nos hace estar muy pendientes del stock y ver qué joyas funcionan mejor o peor. En base a eso, producimos más de una cosa o de otra.
Hay muchas maneras de cuidar el planeta y para mí no tener excedentes, es una manera de hacerlo.
P: Siempre te han gustado las artes plásticas, la pintura o el cine… ¡Pero te decantaste por las joyas!
R: Reflexionándolo con el tiempo, creo que las joyas están muy relacionadas con el mundo del arte en sí. Para crear una joya tienes que tener sensibilidad, dejarte emocionar por actos, olores, pinturas, películas… Además, la creación de joyas es una de las artes más antiguas de la humanidad. Los primeros indicios de joyas provienen de África, durante la prehistoria, donde se creaban a partir de cuentas de concha de caracol marino. Eso me hace estar tremendamente orgulloso, ya que una época de IA y de un futuro robot, nosotros seguimos haciendo cosas que se hacían miles de años atrás.
P: ¿Cuál es tu función dentro de la empresa? Es decir, además del CEO de BONAI, ¿eres quien diseña cada pieza?
R: Mi función dentro de la empresa evoluciona cada día. Nada tiene que ver lo que hacía en los inicios con lo que hago ahora. Actualmente, tengo un papel más de dirección y de hacer que las cosas pasen. Aparte de eso, en lo que más me centro es en la imagen y piezas de BONAI.
El diseño de las piezas lo desarrollamos mi madre y yo, aunque dentro de no mucho tiempo comenzaremos a crear el departamento de diseño. Actualmente, contamos con el gran apoyo de nuestros talleres, quienes también nos proponen diseños y nosotros los modificamos según nuestro gusto.
Los resultados son colecciones muy eclécticas pero con un nexo en común, nuestro propio gusto, lo que hace que todas tengan un hilo conductor.
P: ¿Cómo es la ‘mujer BONAI’?
R: La mujer BONAI es una mujer independiente, con sentido de la moda, a la que le gusta cuidarse y verse atractiva. Le gustan mucho los accesorios pero no quiere destinar una gran partida de dinero a ello, por lo que se decanta por piezas de buena calidad con un precio asequible.
P: ¿Qué caras conocidas lucen BONAI?
R: He tenido la suerte de que desde el principio muchas mujeres conocidas apostaran por la marca. Les estaré eternamente agradecido. Algunas de ellas son: Amelia Bono, Eva González, Naty Abascal, Eugenia Osborne, Alice Campello, Paula Ordovás, Lucía Bárcena, Teresa de Andrés Gonzalvo, etc…
P: ¡BONAI cuenta ya con clientas por medio mundo!
R: Algo que cuando comencé me parecería imposible. A día de hoy tenemos clientas a lo largo de toda Europa, Estados Unidos y Oriente Medio. Siempre que viajo a algún país en los que estamos presentes, me voy fijando por la calle a ver si veo una joya BONAI (ríe).
P: ¿Cuál es tu objetivo de facturación de 2024?
R: El objetivo de facturación que nos hemos marcado para este año es el millón de euros, una cifra que veía lejísimos pero que para mí marca un punto de inflexión.
P: ¿Cuál es la seña de identidad de BONAI?
R: Diría que es su excelente atención al cliente, su imagen elegante y atemporal, pero a la vez contemporánea, y joyas para todo tipo de mujeres, sin importar su generación o estilo.
P: ¿Qué materiales empleáis?
R: La gran mayoría de nuestras joyas están fabricadas en Plata de Ley 925 bañadas en Oro 18K. Es un material noble, duradero, y de calidad.
También fabricamos algunas piezas, sobre todo anillos, en Acero con aleación de Oro 18K. Lo que conseguimos con dicha aleación es que el baño de Oro 18K de las joyas sea excepcionalmente duradero, además de ser hipoalergénico.
Para dar toques de brillo, empleamos la mejor calidad de circonitas. Tenemos algunos anillos en los que es muy difícil diferenciar si se trata de una circonita o de un diamante.
P: ¿Tu pieza favorita?
R: Tengo cariño por todas mis piezas, pero creo que coincidiría con la que es best seller: el collar Bulán.
Es un collar súper elegante, muy largo (mide 1 metro), y sencillo. Es un hilo grueso acabado en dos bolas doradas y lo puedes poner cómo tú quieras: con una vuelta, con dos vueltas, con una vuelta y un lazo, e incluso lo puedes usar hasta de cinturón.
P: ¿Qué pieza regalar a una madre?
R: Creo que cualquier anillo de nuestra colección Jewel sería un acierto. Son piezas que imitan a los diseños de alta joyería y que cada vez que las viste alguien conocido, me dicen que han triunfado y que todo el mundo le pregunta de dónde es la pieza.
P: ¿Qué es lo que más se lleva ahora en joyería?, ¿estás pendiente de las tendencias?
R: En BONAI siempre estamos pendientes de las tendencias, pero lo cierto es que no intentamos estar demasiado cerca de ellas. Las tendencias son muy pasajeras y nosotros intentamos tener un estilo atemporal y a la vez contemporáneo. Nuestras clientas buscan una pieza que se puedan poner a menudo y que no pase de moda a las pocas semanas.
P: ¿Hay algo más bonito que una joya para toda la vida?
R: Desde mi punto de vista, no hay nada más bonito. Siempre hemos pensado que las joyas para toda la vida son las piezas de alta joyería, pero nada más lejos de la realidad. Mi madre sigue teniendo piezas de mi abuela que siguen de plena moda y sin haber perdido un ápice de sus características iniciales y no son alta joyería. Si se cuidan, las joyas de BONAI nos pueden ofrecer las mismas satisfacciones emocionales que una pieza hecha de oro o diamantes. En eso me siento muy identificado con Coco Chanel, a quien admiro profundamente y quien fue pionera en lanzar piezas que no eran alta joyería y triunfó tanto que su legado ha llegado a nuestros días.
