Las novedades gastronómicas se suceden en Madrid. Y de una de ellas hemos estado atenta durante todo el verano. Pasábamos por delante y vimos las obras. Pasábamos por delante y vimos su transformación. La intuición nos decía que era un restaurante que prometía –en plena calle Almagro-. No nos equivocábamos. El restaurante con la terraza más elegante de la calle, y con unos toldos verdes que no pasaban desapercibidos, ha desembarcado en la capital para quedarse. ¿Su nombre? Virrey. De ahí el juego de palabras.
Dicen que hace falta un poco de sur para poder ver el norte… En este caso necesitamos un poco de norte para reconciliarnos con la ciudad, porque después de tantas semanas fuera de sus calles, nos apetecen planes sugerentes para volver a tener ganas de Madrid. Virrey es una buena opción, con una carta muy norteña y producto del de verdad. Las rutas gastronómicas del norte del país inspiran la carta de este restaurante que ofrece desde comidas más informales a cenas más de postín.
Podemos tomar bocados como los boquerones en vinagre, o las anchoas de Santoña con pan con tomate, su estupenda gilda con anchoa, bonito, tomate seco, aceituna y piparra. Su ensaladilla rusa -de las de toda la vida-, sus mejillones en escabeche, buñuelos de brandada de bacalao… Esos platos que siempre gustan y que con buen producto se disfrutan más. Como su pincho de tortilla, realizado con huevos gallegos de campo. De los de toda la vida. Pero hay más: burrata de leche de vacas pasiegas y aliño de zanahoria -que puede ser con extra de caviar-, alcachofas de Tudela, salmorejo con cecina de Astorga, tartar de tomate con espárragos salteados…
Pero como te puedes imaginar, el virrey es el plato estrella de los fogones. Pero hay más cosas apetecibles: el steak tartar con patatas soufflé, arroz al horno con gamba roja, entrecote de atún rojo a la parrilla con salsa Romesco… Pero también hay que destacar la hamburguesa de carne madurada con pan brioche o la merluza de pincho de Celeiro a la parrilla. Se nos hace la boca agua.
Pero de Virrey no solo destaca la carta, también la decoración o la esencia del local. Manteles blanco, rincones elegantes, servicio impecable… Uno de esos restaurantes en los que sabes que vas a comer bien. Un nuevo restaurante en la calle Almagro para comer a cuerpo de Virrey.
