Son españoles y son los primeros: consiguen tres días de permiso retribuido por fallecer su mascota
La medida equipara la muerte del animal con la de un familiar en primer grado
El Estatuto de los Trabajadores no contempla ningún permiso retribuido por fallecimiento de mascota
Los lazos afectivos con la mascota podrían asemejarse a los que tenemos con amigos, familia y pareja

Se calcula que el ser humano comenzó a domesticar lobos hace, al menos, 20.000 años, un larguísimo periodo de tiempo conviviendo de forma cotidiana con animales que explica por qué nuestra mascota es tan importante para nosotros desde el punto de vista emocional.
Esta relación tan íntima y prolongada también justifica que el 70% de los españoles estén a favor de que las empresas den días libres por el fallecimiento de nuestros compañeros peludos. Un deseo que poco a poco está comenzado a hacerse realidad gracias a las decisiones que están tomando las compañías que comparten estos mismos valores.
Una de estas pioneras es Patitas&Co, marca de alimentos y accesorios para animales de compañía, que acaba de convertirse en la primera empresa española en ofrecer a sus trabajadores tres días de permiso retribuido por la muerte de su mascota.
Uno más de la familia
Como señala el comunicado de la citada compañía:, «a partir de ahora, todos los miembros de nuestro equipo tendrán derecho a tres días de permiso retribuido por la pérdida de su animal de compañía. Sabemos lo que significa perder a un compañero peludo, emplumado o escamoso. Porque para muchas personas no se trata sólo de una mascota, sino de un miembro más de la familia».
En consecuencia, la empresa equipara el duelo por la pérdida de una mascota al de un familiar de primer grado, otorgando el mismo derecho a tres días de permiso retribuido.
«Ya veníamos aplicando políticas pet-friendly, como permitir que los trabajadores acudan a la oficina con sus animales, pero queríamos dar un paso más: incorporar también el bienestar emocional en los momentos difíciles», añaden desde Patitas&Co.
La compañía detalla que con esta medida quiere apoyar emocionalmente a los miembros de su equipo; invitar a otras empresas a sumarse a esta iniciativa y, además, impulsar un cambio legislativo para que este derecho se extienda a todas las personas, sin depender de la sensibilidad de cada empresa.
Estatuto de los Trabajadores
Según la misma fuente, el Estatuto de los Trabajadores no contempla de momento ningún permiso retribuido por el fallecimiento de una mascota.
«Esto deja sin protección emocional ni legal a miles de personas que atraviesan un duelo real, profundo y legítimo tras la muerte de sus animales. Un vacío que ignora una realidad cada vez más evidente: los animales son parte esencial de nuestras vidas, afectos y hogares», lamentan en el citado comunicado.
Similar a la pareja
Un estudio científico muy reciente, publicado en marzo de este mismo año en la revista Social Indicators Research, da un paso más a la hora de analizar los lazos afectivos que se crean entre humanos y animales.
Según los investigadores, pertenecientes a la London School of Economics y a la Universidad de Kent (Reino Unido), un animal de compañía aumenta la satisfacción vital, de modo que es comparable al valor que se obtiene de las interacciones sociales con amigos, familiares… y hasta con la pareja.
El trabajo realiza incluso una estimación económica de estos beneficios: «Observamos que tener una mascota de compañía tiene un valor de hasta 70.000 libras esterlinas (83.000 euros) al año en términos de satisfacción vital, similar a los valores obtenidos en reuniones con amigos y familiares».
Perros y gatos
Otro hallazgo remarcable en dicho estudio es que se aprecian diferencias evidentes entre quienes cuidan perros y gatos. Ambos grupos muestran niveles muy parejos de satisfacción vital, pero varían en cuanto a los rasgos principales de sus caracteres.
Como se detalla en el texto: «Los cuidadores de gatos parecen ser significativamente más abiertos y concienzudos que los cuidadores de perros, pero también significativamente menos extrovertidos».
Por otro lado, el estudio sugiere que hay evidencias de un mayor neurotismo en las conductas de los cuidadores de gatos, «pero sólo es marginalmente significativa al nivel del 10%. Otros estudios han encontrado que los cuidadores de gatos, o las personas autoidentificadas como amantes de los gatos, obtienen puntuaciones significativamente más altas en este rasgo», señala la misma fuente.
Mayor bienestar
Más allá de estas leves diferencias, la conclusión de los investigadores es muy clara: «Las mascotas aumentan la satisfacción y el bienestar vital de las personas de forma similar a la de la familia y los amigos, y que, en cierta medida, incluso las sustituyen».
«El valor de las mascotas para sus cuidadores humanos parece ser muy alto, comparable al que se ha obtenido en otros estudios para reunirse con amigos y familiares de forma regular o incluso con el matrimonio», añaden.
«A lo largo del documento hemos utilizado el término cuidadores humanos, pero a la luz de los resultados obtenidos en el presente estudio, cabe preguntarse quién cuida realmente de quién», concluyen los autores.