Cambio climático

La NASA convierte lo invisible en visible: el vídeo que te muestra quién contamina en el planeta

Muestra cómo se puede ver cómo circulan y evolucionan por la atmósfera terrestre las emisiones de dióxido de carbono

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Así se ven las emisiones de gases de efecto invernadero en la atmósfera
Antonio Quilis Sanz
  • Antonio Quilis Sanz
  • Periodista especializado en información medioambiental desde hace más de 20 años y ahora responsable de OKGREEN en OKDIARIO. Antiguo director de El Mundo Ecológico y colaborador en temas de medioambiente, ecología y sostenibilidad en Cadena Ser.

Para el ojo humano el CO₂ es imperceptible, tan sólo sentimos las causas de su existencia por el calor extremo o las pertinaces sequías, una invisibilidad que nos hace olvidar que las emisiones de gases de efecto invernadero son una constante y que no conoce fronteras.

Para pasar de lo invisible a lo visible, la NASA ha creado una animación que pone en evidencia quiénes son los responsables y las fuentes de las emisiones de dióxido de carbono en el planeta, es decir visibiliza quién o qué contamina a través de un mapa global del CO₂ creado por el Scientific Visualization Studio de la administración del espacio americana.

El impactante resultado de la NASA muestra las concentraciones de dióxido de carbono a medida que el gas se mueve y contamina a través de la atmósfera de la Tierra entre enero y marzo de 2020, impulsado por los patrones del viento y la circulación atmosférica.

Alta resolución

Se puede ver esta dispersión de gases gracias a la utilización de un modelo llamado GEOS, abreviatura de Goddard Earth Observing System, un sistema de reanálisis meteorológico de alta resolución, impulsado por supercomputadoras.

Una herramienta que también se utiliza para representar lo que sucede en la atmósfera, incluidos los sistemas de tormentas, las formaciones de nubes y otros eventos naturales, pero que unos científicos de la NASA han aprovechado para detectar quién y cómo se contamina el planeta.

GEOS extrae miles de millones de puntos de datos de observaciones terrestres e instrumentos satelitales con una resolución que es más de 100 veces mayor que la de un modelo meteorológico típico.

Emisiones sin fronteras

Gracias a la alta resolución del modelo, se puede hacer ampliar la visualización y ver las emisiones de dióxido de carbono que aumentan desde las centrales eléctricas, los incendios y las ciudades, y que luego se propagan por los continentes y los océanos.

«Como científicos, estamos tratando de explicar de dónde proviene el carbono y cómo afecta al planeta para informar mejor a los responsables de las políticas», explica la científica climática Lesley Ott del Centro de Vuelos Espaciales Goddard de la NASA en Greenbelt, Maryland. «Aquí se ve cómo todo está interconectado por estos diferentes patrones climáticos», añade Ott.

dioxido carbono nasa
Las imágenes muestran cómo evoluciona el dióxido de carbono (Fuente: Centro de vuelo espacial Goddard de la NASA)

¿Cuáles son las fuentes de CO₂?

Desde la NASA explican que, gracias a esta visibilización de un problema que afecta a todo el planeta, se puede ver cómo en China, Estados Unidos y el sur de Asia, la mayoría de las emisiones procedieron de centrales eléctricas, instalaciones industriales y automóviles y camiones.

Mientras tanto, en África y Sudamérica, las emisiones se originaron principalmente en incendios que liberan dióxido de carbono a medida que arden, especialmente los relacionados con la gestión de la tierra, las quemas agrícolas controladas y la deforestación, junto con la quema de petróleo y carbón.

En segundo lugar, se observa la absorción y liberación de dióxido de carbono a medida que los árboles y las plantas realizan la fotosíntesis. La tierra y los océanos de la Tierra absorben aproximadamente el 50 % del dióxido de carbono, es decir, son sumideros naturales de carbono.

Densidad del dióxido de carbono

Las plantas absorben dióxido de carbono durante el día mientras realizan la fotosíntesis y luego lo liberan por la noche a través de la respiración. Gran parte de la pulsación se produjo en regiones con muchos árboles, como los bosques de latitudes medias o altas.

Debido a que los datos se tomaron durante el verano del hemisferio sur, se observan más pulsaciones en los trópicos y Sudamérica, donde fue la temporada de crecimiento activo.

Un resultado «tremendo»

Los científicos del clima querían saber qué mostraría GEOS si se utilizara para modelar el movimiento y la densidad del dióxido de carbono en la atmósfera global.

«Tuvimos la oportunidad de decir: ¿podemos acompañarlos y ver cómo se ve el CO₂ en una resolución realmente alta? Teníamos la sensación de que íbamos a ver estructuras de columnas y cosas que nunca habíamos podido ver cuando hacíamos estas simulaciones de resolución más burda», apunta la científica.

Y el resultado mostró que estaban en lo cierto y era impactante: «Sólo ver lo persistentes que eran las columnas y la interacción de estas con los sistemas meteorológicos fue tremendo».

En definitiva, tras este ejercicio de visibilización de la NASA para saber quién contamina, es que «no podemos abordar el cambio climático sin afrontar el hecho de que estamos emitiendo cantidades masivas de CO₂ y que esto está calentando la atmósfera», según Ott.

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Nueva York es, junto con Pekín, una de las ciudades en las que se puede ver el dióxido de carbono que se emite

Gas de efecto invernadero

El dióxido de carbono es un gas de efecto invernadero que atrapa el calor y es la principal causa del aumento de las temperaturas de la Tierra. A medida que el CO₂ se acumula en la atmósfera, calienta nuestro planeta, tal y cómo muestra el resultado de la NASA.

Esto se ve claramente en las cifras, como ocurrió en 2023, el año más caluroso registrado, según los científicos del Instituto Goddard de Estudios Espaciales (GISS) de la NASA en Nueva York. La mayoría de los 10 años más calurosos registrados han ocurrido en la última década.

Todo este dióxido de carbono no es perjudicial para la calidad del aire, apuntan desde el instituto, «de hecho, necesitamos algo de dióxido de carbono para mantener el planeta lo suficientemente cálido como para que exista vida».

Calentamiento global

Pero cuando se bombea demasiado CO₂ a la atmósfera, la Tierra se calienta demasiado y demasiado rápido. Eso es lo que ha estado sucediendo durante al menos el último medio siglo, con una concentración de dióxido de carbono en la atmósfera que aumentó de aproximadamente 278 partes por millón en 1750, el comienzo de la era industrial, a 427 partes por millón en mayo de 2024.

Según el último informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático, las actividades humanas han «causado inequívocamente el calentamiento global».

Este calentamiento está provocando todo tipo de cambios en nuestro clima, incluidas tormentas más intensas, incendios forestales, olas de calor y aumento del nivel del mar.

La NASA sabe quién contamina

El dióxido de carbono existe en todas partes en la atmósfera, y el desafío para AJ Christensen, diseñador de visualización senior del Centro de Vuelo Espacial Goddard de la NASA, fue mostrar las diferencias en la densidad de este gas invisible.

Desde la NASA explican que incluso se puede ver qué ciudad contamina más. «No queríamos que la gente tuviera la impresión de que no había dióxido de carbono en estas regiones más dispersas, pero también queríamos destacar las regiones densas porque esa es la característica interesante de los datos. Tratábamos de mostrar que hay mucha densidad sobre Nueva York y Pekín»,  explica Christensen.

Estas visualizaciones de datos ayudan a las personas a comprender cómo funcionan los sistemas de la Tierra y pueden ayudar a los científicos a encontrar patrones en conjuntos de datos masivos.

Modelos predictivos

«Lo que está sucediendo es que estamos uniendo este complejo conjunto de modelos para aprovechar los diferentes datos satelitales, y eso nos está ayudando a completar este amplio rompecabezas de todos los procesos que controlan el dióxido de carbono», explica Ott.

«La esperanza es que si entendemos realmente bien los gases de efecto invernadero hoy, podremos construir modelos que los predigan mejor en las próximas décadas o incluso siglos», concluye la científica.