Espacio

Un satélite de madera será lanzado al espacio en julio por Japón

El material, que ha sido probado durante 10 meses en la Estación Espacial, será utilizado en un artefacto con el tamaño de una taza de café

Satélite madera
El satélite Lignosat se construirá con madera de magnolia, un material que ha sido probado en la Estación Espacial Internacional
Antonio Quilis Sanz
  • Antonio Quilis Sanz
  • Periodista especializado en información medioambiental desde hace más de 20 años y ahora responsable de OKGREEN en OKDIARIO. Antiguo director de El Mundo Ecológico y colaborador en temas de medioambiente, ecología y sostenibilidad en Cadena Ser.

Japón lanzará en julio de este año el primer satélite ecológico fabricado en madera que tiene como objetivo el reducir la contaminación planetaria, una misión cuya protagonista es la sonda Lignosat, un artefacto que se está gestando en el país nipón.

El artefacto espacial, del tamaño de una taza de café, tiene los visos de convertirse en la alterativa ecológica a los satélites convencionales de aluminio y otros metales que actualmente orbitan alrededor de la Tierra.

Tras comprobar la durabilidad de la madera en el espacio durante casi 10 meses días en la Estación Espacial Internacional (EEI), el equipo de investigadores anunció que el satélite de madera espacial, específicamente de magnolia, demostró un deterioro mínimo y una notable estabilidad.

Alta durabilidad

El proyecto internacional, dirigido por la Universidad de Kyoto en el que participa la NASA, probó y confirmó la alta durabilidad de la madera espacial en la Estación Espacial Internacional, la ISS.

Los resultados del experimento mostraron un deterioro mínimo y una buena estabilidad de las tres muestras de magnolia, cerezo y abedul, seleccionadas para el satélite artificial de madera LignoSat.

Los resultados del experimento mostraron un deterioro mínimo y una buena estabilidad de las distintas muestras seleccionadas para el satélite artificial de madera. Las pruebas indicaron que la madera de magnolia es notablemente resistente incluso en el entorno del espacio exterior.

Sin deformaciones ni grietas

El comunicado lanzado por la Universidad de Kyoto, participante en el proyecto, explica que «a pesar del entorno extremo del espacio exterior que implica importantes cambios de temperatura y la exposición durante diez meses a intensos rayos cósmicos y peligrosas partículas solares, las pruebas confirmaron que no hay descomposición ni deformaciones, como grietas, deformaciones, peladuras o daños en la superficie».

Con estas pruebas ya está todo preparado para el lanzamiento conjunto por parte de la NASA y JAXA, del satélite que utilizará la madera de magnolia, o Hoonoki en japonés, por poseer las propiedades ideales para el proyecto. El equipo se decidió por este material por la trabajabilidad relativamente alta, la estabilidad dimensional y la resistencia general de la magnolia.

La Universidad de Kyoto, explica que «construir en el espacio con materiales futuristas en plena era espacial podría parecer la opción obvia, y la fragilidad y combustibilidad de la madera podrían parecer un factor para descartarla».

Material económico y sostenible

Sin embargo, fundamentan que la madera «como material natural, económico y basado en carbono, su producción es considerablemente más sostenible que las alternativas avanzadas, y su eliminación, especialmente cuando se deja caer desde la órbita a la atmósfera superior, es completa y sin subproductos dañinos».

Es decir, una vez pasada su vida útil, en su reintroducción a la atmósfera, se desintegrará o caerá a la Tierra sin dejar rastros de residuos como los que ahora se producen con los materiales que se utilizan como el aluminio.

Además, investigaciones anteriores (en laboratorios terrestres) han demostrado la sorprendente capacidad de la madera para soportar una amplia gama de temperaturas, de -150 a 150 grados Celsius. Las condiciones simuladas de casi vacío también dieron como resultado un deterioro estructural insignificante de la madera, destacan los investigadores nipones.

Sustituir a los metales

Y, de esta forma, mandaron un marco con las muestras de las maderas a la ISS para «medir el grado de erosión resultante de las colisiones del oxígeno atómico con el material fibroso y ver los efectos de los rayos cósmicos y el vacío del espacio sobre las propiedades mecánicas de la madera», según relata la Universidad de Kyoto.

De este modo, se quiere probar la idea de utilizar materiales biodegradables para ver si pueden actuar como alternativas respetuosas con el medioambiente a los metales con los que se construyen actualmente todos los satélites y otras estructuras espaciales.

Superadas estas pruebas en el espacio, el satélite de madera ha sido construido por investigadores de esta universidad y la empresa maderera Sumitomo Forestry y está a la espera de ser lanzado.

Experimento espacial

Una de las misiones del satélite una vez en órbita es medir la deformación de la estructura de madera en el espacio y desarrollará una serie de experimentos que determinarán cómo evoluciona la nave espacial en órbita.

La madera es duradera y estable en una dirección, pero, puede ser propensa a sufrir cambios dimensionales y agrietarse en la otra dirección, según declaraciones de los impulsores del proyecto.

Si de hecho la madera se convierte en una alternativa verdaderamente viable para la fabricación de satélites, se podrán obtener beneficios potenciales en comparación con las típicas aleaciones metálicas utilizadas en las construcciones actuales.

Fácil, barato y limpio

Por un lado, será más respetuoso con el medioambiente en todos los ámbitos y procesos. Además, entre las ventajas que muestran sus creadores están en que es más fácil, más barato y más limpio de producir, y es mucho más desechable cuando llega el final de la vida útil de un satélite.

Cuando salen de su órbita, los satélites y los componentes suelen quemarse en su mayor parte, si no en su totalidad, en la atmósfera terrestre. Las partes que no se queman se reintroducen estratégicamente para aterrizar en zonas remotas del océano.

La previsión es que los satélites de madera seguramente se quemarán por completo durante el reingreso a la atmósfera y, si algunos pequeños fragmentos ficticios de madera sobrevivieran de alguna manera a la ardiente caída, se descompondrían fácilmente en cualquier lugar de la Tierra.