Dos plantas fotovoltaicas extremeñas de Iberdrola elegidas como ejemplos de restauración ecológica
Las instalaciones solares Núñez de Balboa y de Ceclavín, ejemplos de restauración ecológica en un estudio de la Fundación Biodiversidad,


La instalación de plantas fotovoltaicas, además de conseguir energía renovable del sol, también favorece la regeneración de la población y el hábitat de las especies. Ya hay evidencias y estudios que ratifican esta circunstancia reportadas por organizaciones ambientales o por entidades vinculadas al sector de la energía solar.
Las plantas fotovoltaicas extremeñas de Núñez de Balboa (Usagre) y de Ceclavín (Ceclavín) han sido elegidas como ejemplos de respeto ambiental en las instalaciones de energías renovables por la Iniciativa Española Empresa y Biodiversidad (IEEB), también conocida como Fundación Biodiversidad.
Este organismo ha publicado la guía Restauración ecológica: ejemplos de bases técnicas y soluciones prácticas, en la que expone distintos ejemplos sobre restauración ecológica y en la que las dos plantas extremeñas, pertenecientes al grupo Iberdrola, se muestran como modelos a seguir.
Planta Núñez de Balboa
Así, en la planta fotovoltaica Núñez de Balboa, localizada entre Usagre e Hinojosa del Valle, se explica que el terreno ya estaba degradado antes de que se construyera esta instalación, que ha logrado un proceso de restauración y revegetación con la nueva actividad.
Se ha procedido a la minimización de los vallados interiores, microbosquetes como refugio para la fauna, la creación de una franja vegetal, el control de la vegetación con ganado ovino, bebederos para ovejas, reserva de flores y seguimiento de orquídeas.
Medidas de biodiversidad
También, entre las acciones llevadas a cabo para recuperar la flora y la fauna del territorio están el pastoreo en las zonas de charcas y arroyos preexistentes, la creación de acuerdos de custodia del territorio para la protección de aves esteparias, cajas para murciélagos, la instalación de colmenas para apicultores y la restauración del cauce del Arroyo Pozo Carvajal son las acciones llevadas a cabo para recuperar la flora y la fauna de la zona.
Tal y como recoge la guía, estas medidas han conseguido que haya áreas forestales en los propios límites de la planta, cauces fluviales y charcas ganaderas, parches de vegetación natural, como pastos, dentro de la planta, y una «consolidada comunidad de aves cuya riqueza sigue en aumento», refleja en sus páginas el documento.
Planta fotovoltaica de Ceclavín
Similar situación se presenta en la planta fotovoltaica de Ceclavín. En cuanto a las acciones para restaurar y revegetar el área, se menciona la restauración de áreas de vallicar y bosques isla, la instalación de 33 cajas nidos, la construcción de nuevas charcas, la plantación de 1.555 árboles y arbustos.
Además, se ha procedido al mantenimiento de la carga ganadera, con una gestión sostenible del pastoreo ovino, la instalación de colmenas de apicultores, de refugios para reptiles, plataformas de nidificación y reservas de vegetación, la extracción de especies alóctonas e introducción de autóctonas, junto al seguimiento de aguiluchos y otras especies.
Topillo de cabrera
La guía destaca que en la planta ya hay en proceso charcas en buen estado ecológico y la presencia del topillo de cabrera, especie endémica de la Península Ibérica, está corroborada.
Acerca de esta especie, Iberdrola inició junto a EMAT (Estudios Medioambientales y Territoriales) en septiembre de 2022 un estudio de campo, con una duración de casi un año, sobre la presencia del topillo de Cabrera en la planta fotovoltaica extremeña.
El objetivo del trabajo de campo consistió en estudiar en el emplazamiento de la fotovoltaica, caracterizar la zona de hábitat potencial del topillo, su correcta restauración y la colonización de las poblaciones de esta especie en «estos parches de hábitat».
Según sus impulsores, el trabajo finalizó a finales de junio «con un resultado muy positivo que revela que las zonas con presencia de la especie han aumentado notablemente».
Además, según Iberdrola, estos terrenos y sus ecosistemas van a ser gestionados y mantenidos durante los próximos cuarenta años, asegurando la persistencia de estos hábitats.