Animales Derechos y naturaleza

En Corea del Sur quieren darle derechos a esta especie amenazada de delfín para protegerla

Las personas y las entidades ya no son los únicos sujetos de derechos

En España ya hay un precedente con el Mar Menor

El delfín coreano se encuentra en peligro de extinción

Esta es la especie de delfín que en Corea quieren convertir en persona jurídica ecológica con derechos.
Esta es la especie de delfín que en Corea quieren convertir en persona jurídica ecológica con derechos.

Hasta tiempos muy recientes, sólo los seres humanos y las personas jurídicas (empresas y entidades) podían tener derechos y representación legal. La naturaleza, en cambio, era entendida por las leyes, únicamente, como un objeto que podía ser explotado, protegido o gestionado por otros, pero que nunca tendría algo parecido a una voz propia.

Pero en los últimos años se ha extendido por todo el mundo el reconocimiento de ecosistemas como sujetos de derechos, rompiendo con esta tradición antropocéntrica para dar paso a una visión ecocéntrica en el que la vida no humana y la protección del medioambiente tienen un valor intrínseco y, como consecuencia, una protección jurídica autónoma.

Este cambio redefine el derecho ambiental y cambia la forma en que las sociedades se relacionan con el planeta y con su propio entorno. En España tenemos un caso muy claro, con la aprobación en 2022 de la ley que otorga personalidad jurídica al ecosistema del Mar Menor y su cuenca.

Pionero en Europa

Esta laguna salada murciana se convirtió así en el primer ecosistema de Europa en recibir dicho estatus legal, que implica que el Mar Menor puede ser representado legalmente para defender sus derechos ante los tribunales. Logro que además fue posible gracias a una Iniciativa Legislativa Popular (ILP) que consiguió reunir más de 630.000 firmas.

Esta ILP surgida desde la sociedad civil —impulsada por figuras como Teresa Vicente, Premio Goldman, uno de los principales galardones a nivel medioambiental del mundo— fue capaz de superar holgadamente el mínimo legal de medio millón de firmas requerido para poder entrar en el Congreso de los Diputados.

Todo esto se consiguió en menos de nueve meses y en plena pandemia, gracias una espectacular campaña que contó con la participación de ciudadanos de todos los puntos de España y también de españoles residentes en el extranjero.

Mar Menor, primer ecosistema europeo con derechos.
Mar Menor, primer ecosistema europeo con derechos.

Colombia

La Ley del Mar Menor es la primera que reconoce derechos a un ecosistema en Europa, pero existen otros muchos ejemplos a lo largo de todo el mundo. Uno de los pioneros fue el río Atrato, en Colombia, que en el año 2016 fue declarado como sujeto de derechos por la Corte Constitucional.

Desde que el Atrato se convirtiera en el primer río con derechos, se han tomado otras resoluciones en el mismo sentido, y a día de hoy, ya son 16 los ecosistemas (ríos, páramos y parques naturales) que están protegidos por la justicia del país sudamericano, incluyendo la propia Amazonía colombiana.

Australia y la India

También podemos citar el caso del río Yarra en Victoria (Australia), que en el año 2017 fue designado legalmente una entidad jurídica viva. La ley que se aprobó para ello reconoce, además, al pueblo originario Wurundjeri su derecho a participar en la gestión del río.

Igualmente relevante fue la decisión de un tribunal de la India de otorgar personalidad jurídica al río más importante del país, el Ganges, y también al Yamuna, considerados ambos como sagrados por la población hindú.

Pero, en este caso, la medida fue revertida por el Tribunal Supremo de la India poco tiempo después al considerarla jurídicamente insostenible y muy difícil de gestionar.

Un sadhu indio toma un paseo en barco por el río Ganges.
Un sadhu indio toma un paseo en barco por el río Ganges

Delfines

Los ejemplos anteriores demuestran que el movimiento de concesión de derechos a la naturaleza está avanzando en todo el mundo. En esta misma línea se enmarca la campaña de los habitantes de la isla de Jeju, en Corea del Sur, que quieren que el delfín nariz de botella del Indo-Pacífico que habita sus aguas sea reconocido como una persona jurídica ecológica, dándole el mismo estatus legal que a los seres humanos.

El objetivo de esta iniciativa no es otro es proteger a esta especie en peligro de extinción, tal y como advierte la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN). Hablamos, en concreto, de un tipo de delfín mular (Tursiops aduncus) muy singular, más pequeño y delgado que otras especies y con un morro más largo y fino (de ahí de lo nariz de botella).

Sólo lo podemos encontrar en algunos puntos de los océanos Índico y Pacífico. Se calcula que, en estos momentos, unos 120 de estos delfines habitan en la costa de Jeju.

Isla coreana de Jeju.
Isla coreana de Jeju.

Plásticos

El grupo de activistas que está impulsado esta iniciativa planea difundir el valor de la protección del delfín y la naturaleza a nivel mundial a través de las redes sociales y con la puesta en marcha de diferentes actividades como la limpieza de los mares, la promoción del turismo sostenible y la recogida de plásticos.

Precisamente, la isla de Jeju también destaca por este compromiso contra la contaminación por plástico. De hecho, es la primera provincia coreana que ha creado un sistema de depósito de vasos desechables. Además, su gobierno declaró en el año 2022 el objetivo de quedar libre de contaminación plástica para el año 2040.

Como reconocimiento a este empeño, Jeju fue además elegida por Naciones Unidas como sede oficial del Día Mundial del Medioambiente en 2025. Sin duda que sería muy difícil encontrar a unos defensores mejores para este amenazado delfín.