Cambiar de lado el tubo de escape de un vehículo reduce un 40% la contaminación

Hasta ahora nadie había reparado en la importancia de la posición y repercusión que ocupa el tubo de escape en la parte trasera de un vehículo, nadie excepto los impulsores de un nuevo estudio apadrinado por la Universidad de York.

El estudio, titulado Influencia del diseño del vehículo en las concentraciones de contaminantes atmosféricos relacionados con el tráfico cerca de la carretera, publicado en mayo de este año por la Sociedad Química Americana revela la importancia de la ubicación del tubo de escape en los vehículos y sus efectos en los peatones.

El estudio sitúa la exposición a la contaminación atmosférica relacionada con el tráfico (TRAP) como un problema de salud actual en todo el mundo, en particular cerca de las carreteras, donde las concentraciones son las más altas.

Mediciones rápidas en las vías

Exponen que la exposición cercana a la carretera está influenciada por tres factores principales como son las tasas de emisión de escape de los vehículos, la composición de los contaminantes y el comportamiento de la dispersión.

En este trabajo se aplicó una técnica desarrollada recientemente llamada plume regression (regresión de pluma en español) basada en mediciones de respuesta rápida en la carretera, para comprender mejor las variables que afectan las concentraciones de TRAP cerca de las vías de circulación.

Hay que aclarar que el estudio se realizó tomando como referencia a vehículos británicos, que conducen por la izquierda de la vía, aunque esta circunstancia no varía en los resultados donde la circulación se realiza por la derecha. El foco está puesto en los tubos de escape, su posición y también su orientación, es decir, si expulsan los humos de forma plana o hacia el asfalto.

Una cuestión de salud

Así mismo, destacan que «la reubicación de los escapes no reduce las emisiones totales de TRAP. Sin embargo, la principal preocupación con estos contaminantes reside en sus efectos nocivos para la salud humana, por lo que minimizar la exposición en carretera por cualquier medio sigue siendo una prioridad».

De este modo, los autores del estudio remarcan la importancia de dónde está el punto más contaminante durante los desplazamientos de los coches de combustión. Antes de desarrollar sus tesis, aclaran que las emisiones son las mismas en un tubo de escape que esté situado a la derecha o a la izquierda.

La gran diferencia de las mediciones estriba en la proximidad del tubo de escape con respecto de la acera por donde deambulan los peatones. Parece obvio, pero hasta la fecha nadie se había tomado en serio en medir si las expulsiones de gases contaminantes procedentes de los coches de combustión eran más nocivas para los peatones dependiendo de la ubicación del tubo de escape.

Un tercio menos de exposición

Los investigadores descubrieron que la posición del tubo de escape es importante y que, si todos los vehículos diésel estuvieran equipados con escapes en el lado contrario a la acera, se reduciría en un tercio la contribución de la contaminación por el nocivo NOx (óxidos de nitrógeno) que respirarían los peatones.

Estos hallazgos resaltan el impacto significativo de las características de diseño del vehículo en las concentraciones de CO₂ y TRAP cerca de la carretera.

Del total de vehículos (excluyendo los vehículos eléctricos), el 38% tenía escapes ubicados a la derecha, lo que se asocia con los coeficientes de CO₂ y concentraciones de TRAP en carretera más bajos. Recordemos que el estudio se realizó en el Reino Unido, por lo que la derecha es el punto más alejado de la acera.

Un 40% menos de contaminantes

Entre las conclusiones afirman los autores del estudio «que la posición del escape del automóvil de pasajeros (tubo de escape), ya sea en el lado izquierdo o derecho, resulta en una diferencia del 40% en la contribución de la concentración de contaminantes en la acera».

Los autores destacan que «si los demás vehículos reubicaran sus escapes a la derecha, el coeficiente promedio de CO₂ para vehículos y, por lo tanto, la contribución a la concentración de TRAP en carretera, podría disminuir en un 29%».

Apuntan que «si bien es improbable que los vehículos existentes modernicen sus escapes recolocándolos debido a limitaciones de costo e ingeniería, la ubicación de los escapes podría considerarse en el diseño de vehículos futuros».

Una cuestión global

Como argumento para la adaptación del tubo de escape según el país por donde vayan a circular aducen que «si bien la mayoría de los modelos de vehículos se construyen sobre plataformas globales, las adaptaciones regionales, como la disposición de la columna de dirección, los patrones de haz de los faros y los ajustes del control de emisiones, ya son comunes».

En este contexto, la posición del escape representa una consideración de diseño viable que podría alinearse con las prácticas de conducción locales para reducir la exposición TRAP cerca de la carretera.

Dada la previsión de que la producción de vehículos de combustibles fósiles (en particular, híbridos) continúe durante las próximas décadas, lanzan la propuesta de que «los fabricantes aún tienen margen para reducir las concentraciones de TRAP cerca de la carretera mediante decisiones de diseño».

Vehículos diésel

Entre las conclusiones del estudio se destaca que «el efecto de la posición de los escapes es especialmente importante para los vehículos diésel en el Reino Unido, donde sólo el 20% de los vehículos contaban con los escapes adecuados».

En conclusión, explican que el «reubicar los escapes de los vehículos restantes podría reducir su contribución de las emisiones de TRAP en carretera en un 33%, lo cual es especialmente importante dadas las históricamente altas emisiones de NOx y partículas en suspensión (PM) de los vehículos diésel».

¿Derecha o izquierda?

La posición de los escapes de los turismos suele reflejar las prácticas de circulación por la izquierda o por la derecha en la región de producción, con vehículos diseñados para colocar los escapes en el lado derecho (más alejados del bordillo en la mayoría de los países anglosajones).

De los vehículos medidos, el 76% se fabricó en regiones donde se conduce por la derecha, a diferencia del Reino Unido, lo que explica por qué la minoría de vehículos tenía los escapes colocados a la derecha, la posición óptima para minimizar el riesgo de colisión (TRAP) en las carreteras en el Reino Unido.

Por lo tanto, advierten de que la posición de los escapes es desproporcionadamente importante en el Reino Unido, donde los vehículos circulan por la izquierda, pero la flota de turismos se compone predominantemente de modelos producidos para regiones donde se conduce por la derecha.

Las implicaciones globales de estos resultados también son importantes. En todas las regiones, el mercado internacional de vehículos garantiza que una parte de la flota tenga escapes ubicados lo más cerca posible de la acera, independientemente de si se conduce por la izquierda o por la derecha.

Los eléctricos diluyen el humo

La investigación también reveló un beneficio inesperado de los vehículos eléctricos (VE) que  «diluyen activamente los gases de escape de los vehículos de combustible fósil cercanos al inducir turbulencias, reduciendo así la exposición de peatones y ciclistas a las TRAP cerca de la carretera».

En concreto, sobre este punto, concluyen y afirman que el descubrimiento accidental del beneficio de los vehículos eléctricos es positivo «al diluir la contaminación existente es otra razón convincente para acelerar su adopción».