Aulas que son saunas: el cambio climático hace estragos en los colegios
El cambio climático está generando un alargamiento del verano
Las olas de calor causaron interrupciones de clases que afectaron a 171 millones de niños en 2024
Reducir las horas de clase es una de las acciones más habituales

Los veranos en España son cada vez más largos debido a los efectos del cambio climático. Este alargamiento, según Aemet, afecta tanto al principio como al final de la estación, lo cual está provocando situaciones especialmente críticas para los centros escolares en las últimas y cada vez más calurosas semanas del curso lectivo.
El hecho es que nuestros colegios han sido diseñados para un clima que ya no existe. Aulas sin el aislamiento ni la ventilación adecuados; omnipresencia del hormigón; patios sin sombra ni demasiados árboles; orientación térmica desfavorable y horarios mal planteados son algunos de los ejemplos de esta evidente falta de adaptación.
En algunos centros escolares del sur del país ya se han registrado altas temperaturas de 30 y hasta 40 grados, provocando quejas de los padres, que hablan de aulas sauna. Como respuesta, la Junta de Andalucía ha activado el protocolo por altas temperaturas, medida que permite a los alumnos abandonar los colegios a partir de las 12 horas del mediodía.
Clima extremo
Este tipo de medidas pretenden proteger la salud del alumnado, pero confirman, al mismo tiempo, que las escuelas españolas no están preparadas para el nuevo clima extremo que trae consigo el cambio climático.
Por otro lado, reducir el horario escolar podría afectar al aprendizaje de niños y niñas, además de ser muy perjudicial para la conciliación familiar, sobre todo en el caso de los padres que no puedan acogerse al teletrabajo.
Peores resultados
Pero aquí no acaban los problemas. Según una revisión sistemática de decenas de estudios científicos, la exposición al calor está relacionada con peores resultados educativos. De hecho, el 76% de los estudios revisados reportan asociaciones significativas.
«Los menores son especialmente vulnerables al estrés térmico debido a factores como una mayor tasa metabólica, una menor relación entre la masa y la superficie corporal y la inmadurez neurocognitiva», se recuerda en este trabajo.
Otro hecho impactante del que advierten los científicos es que las olas de calor provocaron interrupciones de clases que afectaron a 171 millones de niños y niñas en todo el mundo en 2024.
Calor excesivo
«Basándose en literatura interdisciplinaria, esta revisión sistemática concluyó que el calor excesivo está relacionado con menores resultados educativos según diferentes tipos de exposición y medidas de resultados», señalan los autores de la investigación.
«El cambio climático está aumentando las temperaturas promedio, así como la frecuencia e intensidad de las olas de calor. Si bien se necesita más investigación para comprender mejor la importancia relativa de las supuestas vías explicativas, los hallazgos respaldan los esfuerzos para enfriar las aulas mediante estrategias localmente apropiadas», recomiendan los científicos.
Gilet
Frente a esta realidad, empiezan a surgir proyectos que muestran posibles soluciones. Este es el caso del nuevo colegio público de Gilet, en la Comunidad Valenciana. El cual ha sido diseñado por AECO estudio, firma especializada en arquitectura docente.
Este centro incorpora un diseño bioclimático que apuesta por soluciones pasivas, sostenibles y adaptadas al contexto climático actual. Todo ello pensado desde cero para evitar la dependencia de caros desarrollos tecnológicos o del uso intensivo de energía. Estas son las principales medidas puestas en marcha:
- Ventilación natural cruzada (sin aire acondicionado).
- Cubiertas vegetales para reducir la temperatura interior.
- Patios sombreados y orientados estratégicamente.
- Materiales locales con alta eficiencia térmica.
Colegio útil
«El objetivo no es construir un edificio espectacular, sino un colegio útil, pensado para funcionar con el clima que ya tenemos. Lo anómalo es seguir construyendo como si no hubiera cambiado nada», detalla el arquitecto responsable, Enrique Romero Payá.
El propio edificio será, además, un instrumento educativo: permitirá al alumnado entender cómo se regula la temperatura, cómo se aprovecha el agua o cómo se genera energía limpia.
Mayor inversión
En el caso de los colegios ya existentes, será fundamental el apoyo de las administraciones públicas de cara a financiar la adaptación de sus instalaciones a la nueva realidad del cambio climático.
Un interesante paso en este sentido ha sido el dado por la Comunidad de Madrid, que ha cuadruplicado en este curso escolar 2024/25 sus inversiones para mejorar la climatización y combatir los efectos de las altas temperaturas en los centros educativos públicos de la región.
El Gobierno autonómico ha destinado a tal fin un total de 13,3 millones de euros, lo que supone 10,2 millones más que el curso anterior, en cerca de 300 actuaciones dirigidas a reducir el calor en las aulas madrileñas.
También se ha puesto en marcha un plan de actuación que, de manera similar al caso andaluz, autoriza cambios en el horario, así como en las actividades que se suelen realizar en los centros educativos, de manera que se garantice la protección de los menores en todo caso.