Big Data

Así es como el almacenamiento de datos calentará las piscinas de los Juegos Olímpicos de París

La tecnología aprovecha el calor de los data centers y se pone a disposición de las comunidades urbanas de forma gratuita

almacenamiento datos
Competición de salto en el centro olímpico de Saint Denis de París
Antonio Quilis Sanz
  • Antonio Quilis Sanz
  • Periodista especializado en información medioambiental desde hace más de 20 años y ahora responsable de OKGREEN en OKDIARIO. Antiguo director de El Mundo Ecológico y colaborador en temas de medioambiente, ecología y sostenibilidad en Cadena Ser.

El agua del Centro Acuático Saint Denis, sede de las pruebas de las pruebas de salto, natación sincronizada y la clasificación del waterpolo de los Juegos Olímpicos de París 2024, empezará a coger la temperatura óptima dentro de un mes gracias al tráfico y almacenamiento de datos, un avance innovador en materia de sostenibilidad.

Queda poco más de un mes para el comienzo de los Juegos Olímpicos de París 2024, será el 26 de julio, y las instalaciones deportivas empiezan a cobrar vida para que todo está a punto para que los deportistas y el público disfruten de las competiciones.

Este edificio, remodelado para acoger las pruebas acuáticas, ha costado 188 millones de euros y representa un edificio innovador, tanto por su diseño como por sus componentes ecológicos y la forma de utilizar el calor del almacenamiento de datos.

Eficiencia energética

Bajo la mayor cubierta de madera convexa del mundo, según sus arquitectos, el centro tendrá una capacidad para 5.000 espectadores y será la mayor piscina de Francia.

El centro acuático cuenta con una piscina de 70 metros totalmente modulable, que durante los Juegos Olímpicos se dividirá en dos, para la natación sincronizada y los saltos, la única de este tipo en Francia, y cuyos deportistas de esta disciplina debían acudir hasta ahora a entrenarse al Reino Unido.

Sostenibilidad

En términos de sostenibilidad, el edificio está concebido para conseguir la máxima eficiencia energética, con la economía circular presente, ya que los asientos han sido fabricados a partir de tapones de botellas.

La cubierta de 5.000 metros cuadrados está habilitada para acoger en prácticamente su totalidad de paneles fotovoltaicos y afrontar su climatización, a base de biomasa y el agua se calentará gracias a la actividad de un centro de datos.

El calor de los datos

Pero uno de los puntos de mayor innovación es cómo se calientan las aguas de los vasos de las piscinas del centro olímpico realizado gracias a la exportación de calor de un centro de almacenamiento de datos próximo.

En París, el centro de datos de PA10 perteneciente a Equinix inaugurado en 2023, fue diseñado y construido para recuperar y exportar el calor producido por los equipos de la instalación.

Infografía Heat Export_Equinix
Infografía del sistema de exportación de calor de un centro de almacenamiento de datos (Equinix)

Pero, ¿cómo es posible que el almacenamiento de datos de este centro proporcione calor a las piscinas? Las empresas gestionan a diario una gran cantidad de información como consecuencia del proceso de transformación digital en el que se encuentran inmersas.

Aplicaciones tan comunes como los CRMs, ERPs, de mensajería instantánea, los correos electrónicos no serían capaces de funcionar las 24 horas correctamente si no existiesen los centro de datos o data center.

Seguridad y tecnología

La creciente demanda de enormes cantidades de potencia de procesamiento para entrenar modelos de inteligencia artificial también necesitan de estos centros de datos.

Estas infraestructuras tecnológicas concentran el equipamiento necesario para procesar, organizar, asegurar y conservar la información de una organización.

Además, los data centers están concebidos para garantizar la disponibilidad de los sistemas y servicios alojados ante cualquier imprevisto, ya sea un desastre natural o un fallo humano.

Refrigeración y calor

Para su funcionamiento necesitan mucha energía, preferentemente renovable, para alimentar sus equipos, y agua para refrigerar los espacios con sistemas de climatización y refrigeración óptimos.

El agua se estabiliza entre 25 y 30 grados, para facilitar una temperatura y humedad adecuadas para evitar que esta afecte negativamente al rendimiento, eficiencia y vida útil de los equipos que componen esta infraestructura.

El agua se utiliza para refrigerar los chips a través de intercambiadores de calor que enfría los sistemas. De salida, se transfiere el calor sobrante que, al absorber el calor de los equipos, sube hasta los 60 o 90 grados de temperatura.

Calentar 100 piscinas olímpicas

En París, la tecnología de Equinix permite aprovechar ese calor, que en otras instalaciones menos sostenibles se lanza a la atmósfera, y lo proporciona gratuitamente durante 15 años, a la zona de desarrollo urbano de Plaine Saulnier, que incluye la piscina que se utilizará en los Juegos Olímpicos de París 2024.

 

Para comprender el alcance de la exportación de calor de un único gran centro de datos, con esta tecnología se evitan emisiones de carbono equivalentes a sacar 13.000 coches de las carreteras durante un año.

Otro de los ejemplos que aporta Equinix es que este intercambio de temperatura equivale a exportar suficiente calor para calentar 4.500 hogares en un año o cerca de 100 piscinas olímpicas durante un mes.

Máxima colaboración

La tecnología también se aplica en Toronto, donde el calor exportado del data center IBX TR5 de Equinix se distribuye a múltiples edificios residenciales, así como a un hotel cercano, una universidad y un centro comercial local en el centro de Markham.

Gary Aitkenhead, SVP, EMEA IBX Operations en Equinix, explica que «nuestro programa de exportación de calor es un mecanismo importante para que los data centers puedan retribuir a sus comunidades locales».

«Sin embargo, esto sólo es posible mediante la colaboración con proveedores de energía, gobiernos y otros facilitadores externos. Por eso, hacemos llamamiento para que más partners se unan al programa y reutilicen el calor de nuestras operaciones por el bien de las personas y de nuestro planeta», finaliza Aitkenhead.