El 95% del peso de un coche se reutiliza o se recicla al final de su vida útil
En España, la edad media de baja de los vehículos es de unos 19 años, según Anfac
Un webinar de Sumauto detalla las tres vías recuperación o transformación de los componentes de los vehículos
La segunda vida de un coche, una vez que acaba su vida útil, ya tiene un símil en el refranero español que recuerda al dicho «del cerdo, hasta los andares», ya que una vez dado de baja tras miles de kilómetros de servicio, se recicla o se reutiliza todo o casi todo.
Con el llamativo título de El automóvil, el cerdo de la economía circular: el 95% de su peso se reutiliza o se recicla al final de su vida útil, se quiere llamar la atención que, de los coches, «se aprovecha todo o casi todo», ya que cuando dejan de circular, se aprovechan muchos de sus componentes y piezas.
Concretamente, se aprovecha hasta el 95% del peso de un coche, es decir, se reutiliza o se recicla, según las conclusiones obtenidas durante el webinar que organizó Sumauto bajo el proyecto Drive Forward y que contó con la colaboración de la Asociación Española de Fabricantes de Automóviles y Camiones (Anfac).
Y es que casi podríamos replantear el refranero, cambiando el dicho gastronómico por uno de economía circular, dejándolo así como que «del coche, se reaprovecha hasta la última tuerca».
Un ejemplo de circularidad
«De ahí que el automóvil se pueda considerar como un cerdo dentro del ecosistema de la economía circular, ya que, al final de su larga vida útil -los españoles damos de baja los vehículos transcurridos unos 19 años-, se reutilizan entre 1.330 y 1.520 kg del total de su peso», destacan como conclusión tras el seminario digital.
Y, ¿cómo empieza la segunda vida de los automóviles? Comienza cuando sus piezas antiguas vuelven a tener una utilidad y esto se puede producir por medio de tres vías, la primera, al reutilizarse para que las incorporen otros vehículos.
También la circularidad en un coche se consigue cuando se recicla parte de sus componentes para fabricar otros componentes y piezas. Y, en el caso de que no se puedan hacer ninguna de las dos posibilidades anteriores, se transforman como posible fuente de energía.
Descontaminación y desmontaje
Este proceso de segunda vida comienza en los Centros Autorizados de Tratamiento de Vehículos, que arranca con el proceso de descontaminación del vehículo (batería, líquidos contaminantes como el aceite, el líquido de frenos, el líquido refrigerante, etc.) y, a continuación, el proceso de desmontaje de cada una de las piezas, de acuerdo a la información oficial de cada fabricante que viene recogida en la plataforma europea y regulada AIDIS.
Hay otros actores dentro de este sistema de economía circular, como el fabricante, que tiene una serie de obligaciones hacia el consumidor final. Entre las más importantes, destaca la de informar sobre su compromiso del correcto tratamiento medioambiental de cada una de las piezas en su proceso de reutilización o reciclaje, además de la posible revalorización de los diferentes residuos y componentes.
Calidad y garantía
El fabricante también es responsable de informar al usuario sobre los sitios autorizados a los que puede llevar su vehículo cuando decida darlo de baja. Aquí, ya entran en juego los centros CAT y los talleres, quienes a su vez también tienen una serie de obligaciones y responsabilidades con el consumidor, en un proceso que se conoce como doble garantía previa, donde el CAT certifica la calidad de una pieza reutilizada que vende a un taller y éste, a su vez, certifica su calidad y garantía al usuario final.
Por todo ello, cuando un consumidor acude a un taller para reparar un vehículo, hay una obligación legal que indica que la pieza elegida para ello es reciclada, reparada o nueva.
Los retos de los eléctricos
Por otro lado, la presencia cada vez mayor de vehículos eléctricos plantea un nuevo escenario con nuevos retos, pero, por el momento, son muy pocos los que llegan a los CAT y comienzan a tener una segunda vida útil (apenas unos 100 eléctricos sobre un total de unos 700.000 vehículos que se dan de baja cada año).
Respecto a los diferentes retos, la reparación de las baterías es uno de los temas de los que más se ha estado hablando en los últimos tiempos, aunque poco a poco van surgiendo más empresas especializadas tanto en su reparación como en su reciclaje.
En definitiva, la economía circular va a ser otro de los factores de competitividad que diferenciará a unos fabricantes de otros en un escenario donde cada vez va a haber más colaboración y cooperación entre todos los actores participantes.